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La Fundación Oso Pardo localiza en esta zona el núcleo reproductor de la cornisa cantábrica

Alto Sil, la esperanza del oso en León

La localización de los dos núcleos reproductores más importantes del oso pardo en la cornisa cantábrica no favorecerá únicamente a su recuperación en la

Publicado por
J. V. S./María Cuadrado Redacción - LEÓN.
León

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Del éxito del programa que desarrolla la Fundación Oso Pardo, a través del programa europeo Life y en colaboración con la Junta de Castilla y León y la Xunta de Galicia, dependerá la recuperación del oso pardo en la cornisa cantábrica. Hasta el momento, las expectativas son prometedoras tras la localización del núcleo de reproducción más sólido de la cornisa cantábrica en las regiones del Alto Sil y Alto Narcea, sumando ya un censo de 80 ejemplares. La situación que vive el oso pardo en la actualidad es el resultado de la regresión demográfica y territorial que vive la especie en la últimas décadas. La dificultad de definir el área de distribución del oso pardo reside en su baja densidad de población y su gran movilidad, lo que a provocado la diferenciación de dos poblaciones, separadas desde la primera mitad de este siglo por 30 kilómetros. El Alto Sil fue el primer lugar donde la fundación Oso Pardo desarrolló su trabajo de conservación y sus esfuerzos se encaminaron a demostrar que la caza era compatible con la conservación del oso. Empezaron con el coto de Pedroso, en Palacios de Sil y sólo se trataba de impedir batidas en determinadas zonas y en determinadas épocas. Después de un tiempo, los siete cotos del Alto Sil, todos de la provincia de León, se apuntaron a la iniciativa. La fundación Oso Pardo considera esta experiencia como un éxito rotundo. Además, se muestran convencidos de que el problema de conservación del oso, como el de otras especies silvestres, no es tanto de dinero como de concienciación social. León cuenta con ejemplares de oso pardo en las dos poblaciones de la cornisa cantábrica. La población occidental se extiende por Asturias, Castilla y León y Galicia, desde los Ancares lucenses hasta el puerto de Pajares. Abarca unos 2.600 kilómetros cuadrados, sobretodo en Asturias, con cerca del 70 por cien de la superficie. Es la zona más prolífica en reproducción del oso pardo, en especial en el Alto Narcea (Asturias) y Alto Sil (León), según las últimas investigaciones de la fundación Oso Pardo. Entre las investigaciones realizadas en el Departamento de Biología Animal de la Universidad de León, se ha llevado a cabo un estudio sobre la situación del oso pardo en la cornisa cantábrica, una especie gravemente amenazada. Los resultados obtenidos en este trabajo de investigación indican que el área de distribución del oso tiende a disminuir, sobre todo en la zona de Riaño, los montes de Teverga, Proaza y Quirós. Esta situación dificulta el contacto, a través de Valgrande y Pajares, de los ejemplares del este y del oeste de la cordillera.