Diario de León

LA ERCINA

La mina fue lo que más marcó a los habitantes de esta comarca leonesa

LA ERCINA. José María Campos

Joaquín Alonso, en un momento de la charla que tuvo lugar en La Ercina

Joaquín Alonso, en un momento de la charla que tuvo lugar en La Ercina

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Corresponsal de Diario de León El ciclo de charlas coloquios que está llevando a cabo el Diario de León por toda la provincia llegó a la localidad de La Ercina donde se dió cita un numeroso público, en el acto que tuvo lugar en el salón del ayuntamiento. La charla fue realizada por Joaquín Alonso que estuvo a compañado por la alcaldesa de La Ercina, Olga Rodríguez. Tras unas primeras palabras de presentación de la obra «El siglo de León, todos los pueblos y sus gentes» que en breve lanzará el Diario de León por medio de fascículos, Joaquín Alonso trajo al recuerdo los datos más importantes y relevantes de la zona del valle de Valdellorma y del valle de Las Arrimadas. Una de las cuestiones que más recalcó Alonso fue lo bien que fue tratado y recibido por la gente en sus meses de investigación, por lo que aseguró: «He apreciado una amabilidad exquisita de la gente, que ha llegado incluso a prestarme fotos antiguas sin conocerme de nada». Además, quiso señalar que la colección, formada por dos tomos, no son libros de historia sino, al contrario, un reportaje de la vida de los pueblos. Aunque esta zona contaba con una pequeña incursión en la ganadería y agricultura, el sector minero fue el que más marcó a la gente, ya que a principios del pasado siglo se inció la apertura de muchas minas. Las minas de esta zona eran las de Veneros, Casetas y Sabero. En la de Casetas, concretamente, había tres pozos, el de la única, descalzas y el peñon. «Los trabajadores de la mina atravesaban el monte andando y en madreñas, lo que ponía de manifiesto la fortaleza y voluntad de aquella gente», como no quiso olvidar Joaquín Alonso. Como datos concretos, recordó que en la mina de Casetas, propiedad de Esteban Corral, llegaron a trabajar 600 personas en tres turnos y en un día extraían tonelada y media de carbón. El ferrocarril también marcó esta zona, si bien, en un principio, era de uso exclusivo para el traslado del carbón ya que el primer tren de pasajeros no funcionó hasta 1973. Esta también fue una comarca marcada por la guerra civil y donde vivieron tanto maquis como perseguidos. «Una de las grandes curiosidades que he apreciado -dijo Joaquín Alonso- es la gran cantidad de desaparecidos, bien por cuestiones personales o por evitar el servicio militar».

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