Nueve países de la UE se postulan en Bruselas contra la reforma de la PAC

Los ministros de seis países -Austria, Luxemburgo, Portugal, Francia, España, Irlanda, más el ministro de Valonia (Bélgica)- acudieron al Consejo tras haber suscrito una carta pública en la que defienden las virtudes de la PAC en sus términos actuales y censuran, de forma velada, la iniciativa de reformarla en profundidad. El titular italiano, Giovanni Alemano, declinó hacerlo al encontrar «un regusto conservador» en un documento, que el ministro español, Miguel Arias Cañete calificó de «acuerdo de mínimos». «Decimos que la PAC tiene suficiente legitimidad y que no hay circunstancias que justifiquen una reforma concreta. Italia quiso ir más allá», explicó el ministro a la prensa. Arias Cañete insistió en que la iniciativa de la Comisión suscitará «enormes problemas» a los agricultores españoles y anticipó que el Gobierno presentará alternativas concretas a los planes de Fischler, tras haber elaborado un «consenso» con los actores implicados. Con ese fin, el ministro se reunirá, el próximo 29 de octubre, con representantes de las comunidades autónomas, las organizaciones agrarias y, eventualmente, de la Comisión Europea. Posteriormente, España intentará acordar una posición común con el resto de países críticos «al igual que está sucediendo en el caso de la pesca». El ministro insistió en el que la propuesta de Fischler encaja a la intención «comprensible» de «impulsar» un debate sobre la utilidad de la PAC, pero por «pensar bien cuales son sus consecuencias» que juzgó «muy serias». En apoyo de Fischler, se manifestó un grupo de países liderado por Alemania y Reino Unido, y en el que también participan Países Bajos, Suecia, Dinamarca y, en menor medida, Finlandia. Estos países apoyan recortar y desvincular las ayudas, aduciendo la necesidad de hacer la PAC compatible con las exigencias del contexto comercial internacional y las políticas de desarrollo. Por su parte, el comisario dedicó su intervención en el Consejo a responder a la carta abierta. Comenzó aclarando que consideraría un «error fatal» desprenderse o renacionalizar la política agraria común: «La cuestión no es saber si debemos tener o no una política agrícola común en la UE. La cuestión es saber cómo debe organizarse nuestra política, con el fin de que proporcione un marco estable y seguro para un desarrollo sostenible a largo plazo de nuestra agricultura». El comisario mostró su «reconocimiento» a los siete ministros firmantes de la carta, por haber hecho pública «una defensa» de la PAC. Pero subrayó que este instrumento no habría dado «resultados positivos» de no ser por que se ha ido adaptando a tiempo «a los desafios de un entorno variable». En referencia a la ampliación en el 2004, preguntó: «Creen ustedes que tendremos entonces una mejor situación para garantizar el futuro de la política agrícola común? Estoy convencido de que no será el caso», reflexionó el comisario. Agenda desbordada Aunque el debate desbordó la agenda, el Consejo debía ceñirse hoy al impacto de la reforma en el sector de herbáceos. En este dominio, la Comisión propugna medidas como el recorte en un 5 por ciento del precio de intervención del cereal, la abolición del precio de intervención del centeno, o la reducción de las ayudas al trigo duro. Los países contrarios a la reforma se expresaron en contra mayoritariamente en contra de estas medidas, mientras que quienes la apoyan, también comulgaron con su impacto sobre los herbáceos. Salvo Alemania, que se opuso a la eliminación del precio de intervención al centeno.