El bandolero de Omaña reapareció en septiembre en la zona del Órbigo

La llegada del frío, con temperaturas que rondan ya los cero grados, no ha desanimado al bandolero de Omaña, que persiste en vivir en lo más recóndito de los montes leoneses tan sólo con un par de mantas y escasa comida. La Guardia Civil ha logrado reconstruir la vida de Salvador Cañueto, un soltero que cumplirá el próximo día 26 los 56 años y que ha vivido más tiempo en las montañas que en una casa convencional. Nació en Manrubio, un pueblo perteneciente a Castrillo de Cabrera, y fue pastor de ovejas en la zona de Carrizo de la Ribera durante quince años. De ahí su gran conocimiento de los caminos monte a través que utiliza para escapar y esconderse no sólo de la Guarda Civil, sino también del resto de la población. Cañueto escapó hace casi dos años de una prisión de Cádiz, donde cumplía pena por robos con fuerza en las cosas. No regresó tras un permiso carcelario y se supone que comenzó a cruzar campos y montes hasta llegar a los que más conoce, los de León. La Guardia Civil comienza a relacionar a este hombre con robos en viviendas de la provincia el pasado 5 de enero. En la lista ya figuran sustracciones en casas de 23 localidades diferentes, situadas en la zona norte y central. Forzando las entradas Interpretan que él ha sido el autor por su sello personal. Siempre accede al interior de las viviendas forzando la puerta con una barra de hierro o rompiendo un cristal de una ventana situada en la parte trasera del inmueble. Sus robos son selectivos, comida, sobre todo chorizos, ropa de abrigo, mantas y el dinero suelto o las joyas que encuentre a su paso. Evita ser sorprendido, así que acecha con unos prismáticos desde el monte y decide actuar sólo cuando los dueños de las casas se han ausentado o bien están vacías porque pertenecen a veraneantes.