Alarma tras el grave accidente de un camión con 8.300 kilos de explosivo

El accidente se produjo a las cuatro de la madrugada de ayer en un tramo recto de la autovía León-Burgos, a la altura de la localidad palentina de Cervatos de la Cueza, próxima a Sahagún. El camión, que había salido dos horas antes de la fábrica de Ibernobel-Orica en Valderas, era de la empresa Ceres-Seguridad, un Mercedes de doble tracción, de los que se emplean para acceder a las canteras, con 8.300 kilos de dinamita, anfo y cordón detonante, y además arrastraba un remolque con detonadores, ya que el Reglamento de Explosivos obliga a separar ambos tipos de mercancía durante su transporte. Por las características del tramo y la hora en la que se produjo el accidente se baraja la hipótesis de que al conductor le venciera el sueño, dado que antes de salirse de la vía y chocar contra un talud, el vehículo circuló con una de sus hileras de ruedas por fuera del arcén. Como consecuencia del impacto, tanto el conductor como su acompañante, ambos con licencia de vigilantes para ejercer ambas funciones, fueron ingresados en el Hospital Río Carrión de Palencia con heridas de gravedad, y uno de ellos tuvo que ser rescatado de los restos del vehículo por un equipo de excarcelación de los Bomberos de esa capital. Un explosivo que transportaba el vehículo era Dinaroc, una marca de dinamita encartuchada de fabricación francesa, sensibilizada con nitroglicerina y sensible al choque y al roce, aunque en ningún momento se inició. El otro producto que iba en el camión era Amonex, un granel tipo anfo que Ibernobel fabrica en Valderas, y que se esparció por la zona del accidente al romperse algunos de los sacos que lo contenían. Afortunadamente este explosivo pierde su efectividad al mojarse, y en la mañana de ayer llovía en el lugar del accidente. Seis horas de emergencia Debido a la peligrosidad de la carga, al Subdelegación del Gobierno en Palencia activó un plan de emergencia que movilizó a efectivos de la Guardia Civil, Bomberos, el servicio de emergencias 061 y personal de mantenimiento de la autovía, un dispositivo que estuvo vigente hasta pasadas las diez y cuarto de la mañana y que obligó a aislar la zona y a desviar al tráfico de la autovía en sentido Burgos por la carretera N-120 hasta que llegó otro vehículo y se trasvasó la carga para devolverla al polvorín de Ibernobel en Valderas. Varios empresarios del sector, y con posterioridad la Asociación Española de Distribuidores de Explosivos, llevan advirtiendo desde hace cuatro años del peligro de que se produjera un accidente con un transporte de explosivos debido al modo de operar de Ibernobel. Los distribuidores explican que el Reglamento de Explosivos limita la apertura de los polvorines a las horas de luz diurna, e impiden los transportes nocturnos salvo en casos justificados y expresamente autorizadas por la Subdelegación del Gobierno, unas excepciones que, según estos empresarios, Ibernobel emplea de forma habitual para llevar la mercancía al cliente antes de que abran los polvorines locales, ya que esta empresa carece de una red de almacenes comerciales.