El Reglamento de Urbanismo se adapta a la norma de las actividades extractivas
El decreto da vía libre a proyectos no energéticos en suelos rústicos con protección
El Consejo de Gobierno ha aprobó ayer el proyecto de Decreto por el que se modifica el Reglamento de Urbanismo de Castilla y León y se adapta a la regulación legal vigente de las actividades extractivas en suelo rústico.
La citada reforma se efectúa como consecuencia de los cambios legales introducidos al articulado de la Ley 5/1999, de 8 de abril, de Urbanismo de Castilla y León y se concreta en dos aspectos: El primero consiste en diferenciar los usos mineros entre energéticos y no energéticos para establecer la prohibición de la minería energética en los suelos rústicos con algún tipo de protección, con la excepción de aquellos espacios naturales donde su Plan de Ordenación de Recursos Naturales los declare autorizables.
El segundo regula el resto de usos mineros, esto es, los no energéticos, para hacer de ellos usos sujetos al procedimiento de autorización de uso excepcional en los suelos rústicos de protección agropecuaria, natural y cultural.
Estos usos mineros comprenden las actividades extractivas de rocas y minerales industriales, la minería metálica, las rocas ornamentales, los productos de cantera y las aguas minerales y termales.
Su efectiva viabilidad queda supeditada al procedimiento previsto en el Reglamento de Urbanismo para la autorización de usos excepcionales, con la particularidad de que en estos casos ha de mediar un informe favorable a la autorización por la Consejería competente en materia de agricultura, de patrimonio natural o de patrimonio cultural, respectivamente.
El decreto ha despertado críticas por parte de grupos ecologistas que consideran que la Junta dará vía libre a proyectos que no se han podido poner en marcha con la legislación anterior.