El crimen de Mansilla
Testigos de la víctima y del acusado confrontan sus versiones de la relación
La jueza de Instrucción 4 los citó ayer, pese a ser sábado, para agilizar la investigación del caso
Una decena de testigos contrapusieron sus posturas respecto a la situación de la pareja los días previos a la muerte de la víctima del crimen de Mansilla de las Mulas y a la forma de proceder del acusado de los hechos. Mientras que para los allegados a la víctima, nunca había existido indicio alguno de que estuviese siendo sometida a malos tratos (sólo una amiga tenía constancia), para los familiares del varón encarcelado como autor confesó de los hechos debe de ser tenido en cuenta la circunstancia de su grave adicción a las drogas, y al sexo, que habían llevado a someterse a tratamiento psiquiátrico en una clínica.
La tónica común en todos los casos fue la misma. La víctima estaba dispuesta a abandonar la localidad de Mansilla de las Mulas para trasladarse a vivir a Cádiz, donde había encontrado un puesto que le permitía tele trabajar y marcharse de la localidad, circunstancia que les extrañó porque se trataba de una persona muy extrovertida, simpática y alegre, que nunca había evidenciado problema alguno y que estaba muy arraigada en la localidad. Solamente una amiga íntima relato como la fallecida le había contado una semanas antes el problema que supuestamente tenía con el acusado, y la tensión en las relaciones que le habían llevado a poner fin a su noviazgo, según destacó la letrada de la acusación particular, Beatriz Llamas.
Argumentos
Un cóctel explosivo de adicciones al alcohol, las drogas y el sexo movió los impulsos del sospechoso
En el plano contrario, los familiares y allegados al supuesto autor de los hechos, reiteraron con todo tipo de detalles las duras condiciones en las que se movía su vida desde que una importante adicción a las drogas, el alcohol y el sexo había truncado su modo de vida. Había pasado de ser un deportista de cierto nivel a estar sometido por las sustancias estupefacientes, que habían cambiado por completo su vida según declararon.
Por eso decidieron llevarle a una clínica psiquiátrica, donde recibió una primera sesión para tratar de resolver sus problemas. En cualquier caso, su carácter y sus comportamientos habituales habían cambiado de forma notable y ya no era el mismo.
La instrucción de la causa se encuentra de momento en una fase muy incipiente. Restan por analizar las pruebas biológicas que se han llevado a cabo al investigado, para determinar si ciertamente se puede imputar al recluso, que permanece en el Centro Penitenciario Provincial de Villahierro, un delito penal por los hechos cometidos, sobre los que en su última comparecencia insistió que no recordaba nada dado su estado de aplicación mental, cercano a la enajenación según su versión, circunstancia que la parte contraria no da por válida al considerar que se trata de una estrategia para tratar de alcanzar una menor pena en caso de ser finalmente imputado y condenado.
En el momento de los hechos, se encontraba en casa de su padre. En torno a las 23.30 horas se levantó del sofá y salió. Ante la tardanza, el progenitor no se extrañó en exceso porque pensó que habría quedado con algún amigo. Fue cuando le llamó la Guardia Civil el momento en que comprendió lo que había ocurrido: El imputado se presentó casa de la que había sido su última pareja, y después de empezar a discutir, la emprendió a golpes con ella usando un objeto contundente con el que le pegó en la cabeza y posteriormente la apuñaló en el cuello con un cuchillo que cogió en la cocina, causándole la muerte prácticamente en el acto.«Me dijeron que ya estaba con otro y no pude superarlo, no sabía lo que hacía y me volví loco», explicó ante la jueza.