La Robla
La residencia de mayores abre al fin sus puertas tras 16 años de trámites
El centro, gestionado por Aralia, dispone de 85 plazas internas y 45 de día
Imagen exterior del centro que a partir de hoy empieza a recibir a los residentes. DL
Después de años fraguándose el proyecto, la residencia de mayores de La Robla, con una capacidad para 85 personas, es ya una realidad. Desde este mismo miércoles se irán instalando, poco a poco, sus residentes. Las instalaciones disponen de 85 plazas en régimen interno y otras 45 de centro día, así como servicios de cocina, fisioterapia o gimnasio, entre otros.
La encargada de la gestión de este centro, que será referente en toda la comarca, es Aralia Servicios Sociosanitarios, una empresa especializada en la prestación y externalización de servicios con más de 30 años de experiencia, y con el que se garantiza el objetivo último de esta residencia, que no es otro que el de mejorar la calidad de vida de las personas atendidas, mantener y hacer más eficaces los edificios y fomentar la inclusión de colectivos socialmente.
Un proyecto «vital»
Para el alcalde del municipio, Santiago Dorado, «la apertura y puesta en marcha de la residencia es una meta que se habían fijado y que, con mucho esfuerzo, hemos conseguido hacer realidad». Este proyecto se considera vital para el futuro del municipio, tanto por la tan necesaria atención a los mayores, como por la generación de puestos de trabajo que supondrá para la zona. Para la concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento roblano, Silvia Rodríguez, «con esta apertura se cumple el reto que se propusieron y marca, además, una nueva etapa en el municipio, que ve así reforzados los servicios socio-sanitarios».
La residencia de mayores de La Robla es hoy una realidad, pero el camino para llegar hasta ella «ha sido largo», según explican fuentes municipales en un comunidado. El proyecto se iniciaba en el año 2006, siendo alcalde el fallecido Luis García, con su aprobación en la Junta de Gobierno Local el 3 de agosto de ese año. En mayo de 2007 comenzaban las obras con la excavación de las zapatas y la fijación de los cimientos. Desde ese momento y hasta su paralización en el año 2012, se realizaron tres fases con una inversión total de 1.600.000 euros. Tras seis años de total paralización, el 2017 fue clave. Tras una larga negociación, el Ayuntamiento de La Robla conseguía el apoyo económico del Instituto para la Competitividad Empresarial de la Junta de Castilla y León a través del Plan de dinamización de municipios mineros con una partida de 500.000 euros. A ello se sumó una aportación municipal de algo más de 400.000 euros, lo que permitió adjudicar toda la obra restante del edificio por importe de 907.000 euros. Las actuaciones se completaron con la urbanización de exterior y el entorno a través de 401.000 euros, aportados principalmente por la Diputación de León a través de los Planes Provinciales.