La Diputación destina 140.000 euros a la rehabilitación de patrimonio minero
La Diputación de León ha publicado las bases que regulan la concesión de ayudas a los ayuntamientos de la provincia de León de menos de 20.000 habitantes para la realización de obras de recuperación de edificios e instalaciones singulares de patrimonio industrial de la minería del carbón (extracción, transporte y quema). En esta convocatoria, que es de concurrencia competitiva y cuenta con un presupuesto de 140.000 euros, también son objeto de subvención la adecuación del entorno y la señalización de las rutas y senderos que discurran aledaños a este
tipo de edificios e instalaciones singulares de Patrimonio Industrial de la Minería del carbón.
El plazo para la ejecución de los proyectos, que deben realizarse en instalaciones que no estén declaradas Bien de Interés Cultural, se extiende hasta el 28 de febrero del próximo año.
Señalización de rutas
Los fondos también se pueden destinar a la señalización de rutas y senderos aledaños
Las bases establecen tres tramos para la financiación de las propuestas en función de la población de los municipios aspirantes a las ayudas. Así, la subvención, que podrá alcanzar hasta el 90% del presupuesto, será de tres ayudas de 25.000 euros para los ayuntamientos con mayor puntuación entre las solicitudes de aquellos municipios con 500 o más habitantes. En el segundo tramo se prevé adjudicar ds ayudas de 20.000 euros para los ayuntamientos con mayor puntuación en municipios de entre 200 y 499 habitantes. En el último tramo de población se incluyen dos ayudas de 12.500 euros para los municipios que tengan mayor puntuación entre todos los aspirantes con menos de 200 habitantes.
Entre los criterios para el reparto de las ayudas se priorizarán aquellas construcciones representativas de la industria del carbón que muestren tipologías únicas o en grave riesgo de desaparición, valorándose aquellas características de la restauración que conserven dichas tipologías, las técnicas tradicionales, los materiales autóctonos, etcétera, así como la continuidad de los usos y funciones para los que fueron construidos, primándose los aspectos sociales, pedagógicos y de acceso público. También será considerado el grado de conservación de los entornos urbanos y paisajísticos donde se ubican dichas instalaciones, haciéndose necesaria también la atención a la conservación de elementos muebles que son o han sido consustanciales con la función primigenia de los mismos.