Turismo
El Camino tira de la hostelería
Ni la vuelta de los peregrinos tras la pandemia ni la celebración del año jubilar han logrado hasta hora reactivar del todo la economía de los pueblos que dependen de esta actividad
La llegada del verano no ha logrado activar del todo el Camino de Santiago, que, incluso en año jubilar, todavía sufre la falta de peregrinos entre restricciones que no acaban y una hostelería que ansía la recuperación económica.
El 2021 ha sido difícil para el sector de la hostelería, ya que han continuado las restricciones de aforo, las limitaciones en barra y la reducción de los horarios de apertura, por lo que, aunque agradecen la llegada del buen tiempo, que va acompañada de turismo, no será suficiente para acabar bien el año para muchos.
Por eso, cualquier impulso es bienvenido y los peregrinos que se hayan animado a recorrer en este año jubilar —que en esta ocasión dura excepcionalmente hasta 2022— el Camino de Santiago, que recorre decenas de localidades rurales, suponen un pequeño empujón para la actividad tras meses de paralizaciones, aunque no llegan a ser la solución.
El presidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Galicia, José Francisco Real, que este año hay más peregrinos de los que esperaban inicialmente, aunque «siempre basándose en las circunstancias», por lo que las cifras no superan a las registradas en años previos a la pandemia.
«El paso de peregrinos no es el mismo de años anteriores pero nos temíamos que fuese muy inferior», alega Real, quien espera que no se retroceda en las cifras registradas por nuevos rebrotes aunque se haya avanzado con la vacunación.
También hay más presencia de peregrinos extranjeros aunque «los que se hacen notar» son los nacionales.
Real defiende que, pese a que las cifras no sean las mismas que hace dos años, «lo que había que hacer era arrancar el motor» y activarse económicamente, aunque sin olvidar las precauciones para evitar contagios.
Recurso de primer orden
Por su parte, el presidente de Hostelería y Turismo de Asturias, OTEA, José Luis Álvarez Almeida, recuerda que el Camino de Santiago «es un recurso turístico de primer orden», capaz de mantener activa la España rural.
«Por donde va el Camino de Santiago no desaparecerán los pueblos. El Camino fertiliza las rutas y los pueblos porque crea riqueza. Porque esa gente va en bicicleta, compra zapatillas, dinamiza comercialmente cualquier zona», insiste Álvarez, también vicepresidente de la patronal Hostelería de España.
Pese al impulso que puede suponer el paso de peregrinos por las rutas del Camino, la hostelería de esos pueblos no puede alegrarse tanto de la temporada estival, que recibe incluso turistas rurales, aunque sí que han visto un aumento de caminantes con la llegada de agosto.
Como ejemplo, en Sahagún tanto el Bar Europa como el Covadonga Mesón registran menos peregrinos que otros años, pero el primero ha recibido, rompiendo la experiencia general, principalmente a alemanes y franceses, explica la encargada, Esther Modino.
Eva Vallejo, encargada del Covadonga Mesón, reconoce que el verano no ha supuesto un alivio para la economía de la zona, ya que dependen sobre todo del consumo de los peregrinos y estos no llegan en las mismas cantidades que hace años.
En Puente de la Reina (Navarra), el Bar Aloa ha registrado este mes de agosto una mayor afluencia de viajeros en comparación a los primeros meses de calor, pero, aunque el Camino de Santiago suponía el 20 % de su facturación, este año ha disminuido.
«El Camino influye sobre todo en verano. (En meses anteriores) hay días que vienen 20 peregrinos y ahora vienen 200», alega el dueño, Javier Ayerra.
Por su parte, el Restaurante Pérez, en Portomarín (Lugo), ha tenido una buena afluencia de peregrinos este mes, aunque el dueño, José Pérez, no sabe si podría igualarse a la de años anteriores a la pandemia, ya que con el aforo reducido en el establecimiento es difícil comparar la ocupación.
Como coinciden todos, el aporte del Camino de Santiago a la economía de la hostelería rural es bienvenido, aunque son conscientes de que hace falta más para poder recuperar los meses de pérdidas económicas por la pandemia.
Por eso, aguardan a ver cómo se desarrollan los próximos meses, si llegan con nuevas restricciones o con reactivación económica, para saber si 2021 será también un año negro o si será cuando se vuelva a la normalidad en el turismo y el consumo.