El maíz facturará 235 M€ este año con una siembra récord y bajo la amenaza de la PAC

La producción de maíz podría alcanzar en esta campaña los 235 millones de euros, una cantidad récord que depende de la continuidad de los precios actuales en los mercados internacionales, y «si se cumplen las expectativas de una cosecha razonablemente buena». Las estimaciones de Asaja suponen un incremento del 25 por ciento sobre los resultados de la última campaña, que fue histórica —la mejor en los últimos 30 años— con una facturación de 178 millones de euros. La importancia de estas cifras radica en el momento crucial al que se enfrenta el campo leonés con las decisiones que se tomen en las negociaciones de la futura PAC, donde se pretende imponer la rotación de cultivos, con la consecuente reducción de la superficie de maíz que se siembra en León.

Junta a la amenaza por la rotación de cultivos surge también la de los ecoesquemas. Asaja señala que estos nuevos mecanismos contemplan diversificar cultivos y dejar superficie sin cultivar, lo que «puede ser el mayor golpe que se haya asestado al campo de la provincia desde la entrada de España en la CEE en el año 1986».

Los datos apuntan a que uno de cada tres euros de ingresos brutos que lleguen este año al sector agrario provendrá de la venta de este grano, del que se han sembrado 78.500 hectáreas en la provincia, más de la mitad en zonas con de riego modernizado. Sin embargo, la organización agraria recuerda que los gastos de producción también se han incrementado para el agricultor hasta superar los 100 millones de euros esta campaña en León. Son 17,4 millones de euros en la compra de las semillas, 64 millones de euros en la compra de los abonos, se gastarán 13 millones de euros para el transporte a los secaderos y posteriormente a las fábricas de piensos, y se gastarán también 9 millones de euros en servicios a terceros sobre todo en las labores de recolección, según Asaja.

Hay que tener en cuenta que las previsiones apuntan a un crecimiento exponencial de la superficie con la puesta en funcionamiento de las nuevas fincas de regadío que están en obras o proyectadas, lo que implicaría que en León se sembrarían más de 100.000 hectáreas.

«Medidas que reduzcan la rentabilidad actual, sobre todo por unas mayores exigencias medioambientales, dejarían a la provincia en una situación comprometida al tener que competir en los mercados internacionales del cereal, ya que en la práctica no existen barreras arancelarias», incide Asaja, que pide la concienciación de la opinión pública y de las instituciones sobre «lo mucho que se juega la provincia de León, y no ya solo el sector agrario, con cualquier decisión que afecte a este cultivo».

Cabe recordar que los agricultores de las zonas regables están endeudando su futuro con las nuevas modernizaciones y un cultivo con la rentabilidad del maíz es el que puede sustentar el pago de estos créditos. «En el resto de Europa el maíz es mayoritariamente de secano y cuando se riega suelen ser riegos de apoyo, por lo que su cultivo no tiene unos costes superiores a los de otras producciones. Necesitamos el cultivo del maíz para seguir invirtiendo en los nuevos y en los modernos regadíos, y poder amortizar dichas inversiones en plazos razonables, y no tenemos otras opciones», señala Asaja.