Amigos de la víctima declaran que hubo malos tratos pero no los vieron

El autor confeso del crimen de Mansilla de las Mulas rechazó ayer haber cometido episodios de malos tratos sobre la que había sido su pareja y contravino los testimonios de cuatro amigos de la fallecida, dos varones y dos mujeres, que señalaron que Paula vivía atemorizada por las constantes llamadas y mensajes del acusado, que habían cambiado su carácter jovial para convertirla en una muchacha huidiza y temerosa que llegó a plantearse cambiar de trabajo para irse de León.

Sin embargo, ninguno de los testigos presenció en vivo episodios de agresiones. Sí que una de sus amigas presentó una fotografía de la finada con un fuerte golpe en la frente, que atribuyó al investigado, igual que la procedencia de los mensajes que la atemorizaban.

Las partes personadas en la causa abierta por la muerte violenta de una joven en Mansilla de las Mulas, presuntamente a manos de su pareja sentimental en abril de este año, cuando se encontraba en su domicilio de Mansilla de las Mulas, no recibieron ayer tampoco los informes definitivos de la autopsia. Programada por el Juzgado de Instrucción 4 de León una comparecencia testifical en la que el supuesto autor de los hechos declaró por videoconferencia desde Villahierro, los testigos manifestaron su versión de la relación que mantenían los dos implicados, hasta que ella decidió poner fin al vínculo sentimental.

La fase final de la instrucción camina hacia el auto de apertura de juicio oral por el sistema del Jurado Popular, que se encontrará con la oposición de la defensa del inculpado y con la aprobación de la familia de la fallecida, representada legalmente por la letrada leonesa Beatriz Llamas.

En tanto en cuanto no se conozcan las causas de la muerte, achacada a un shock hipovolémico, no se puede determinar la conveniencia de la tramitación de la causa por la Ley del Tribunal del Jurado, desde el punto de vista de la defensa. A criterio de las acusaciones pública y particular, sucede todo lo contrario: solo falta por determinar si se trató de un homicidio o un asesinato. La violencia del ataque mortal derivó en que el arma blanca con la que se cometió el ataque se partiera al impactar contra el esqueleto de la víctima del crimen.