Miguel Ángel Santalices Vieira | Presidente del Parlamento de Galicia
«La despoblación es una pandemia social, necesitamos una vacuna urgente»
«Es bueno crear este tipo de debates sobre todo en una tierra como León, cuna del Parlamentarismo». Con estas palabras, el presidente del Parlamento de Galicia iniciaba su comparecencia para hablar de un tema que ya hace más de 20 años comenzaba a ‘sonar’ en los debates políticos. El parlamentario más veterano de la cámara gallega recordaba como el por entonces presidente José María Aznar empezó ya a hablar de la amenaza de la despoblación. «Aquello fue objeto de burla política y miren como estamos ahora», aseguró el parlamentario gallego, que afirma que en su tierra asisten «atónitos» a como merman los servicios en las zonas rurales. «Cada día cierran más oficinas bancarias en los pueblos, dando como alternativas cajeros o una atención digital que a veces no es posible por las carencias tecnológicas». El presidente gallego no ocultó su preocupación por la reciente protección del lobo en todo el territorio nacional «algo que amenaza la supervivencia de nuestros ganaderos», así como los problemas de comunicación de su comunidad. «Dentro de poco Galicia tendrá por fin AVE, pero es triste saber que tardaremos más si viajamos de Orense a Vigo, que de Orense a Madrid», lamentó.
Santalices confirmó que la despoblación forma parte desde hace tiempo del debate político en Galicia. De hecho destacó que es la primera comunidad en aprobar la llamada Ley de Impulso Demográfico, dotada de ocho millones anuales con los que se tratan de reducir las desigualdades de las familias que viven en el medio rural y de incentivar el emprendimiento en estos territorios. También se ha impulsado la política de ‘Impuesto cero’ para todas aquellas personas que compran propiedades o son objeto de transmisiones patrimoniales en el medio rural.
Pero para el presidente gallego, el problema de la despoblación es «una pandemia social para la que necesitamos una vacuna urgente y un tratamiento específico». De hecho reconoció que «solos no podemos hacerlo, necesitamos una inmigración regulada y políticas muy específicas».