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Esteve asegura que la despoblación en los pequeños municipios es "inevitable"

El director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Pompeu Fabra cree que deberían aplicarse políticas activas de generación de empleo para atraer jóvenes

El director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Pompeu Fabra, Albert Esteve, en el marco del III Congreso sobre Despoblación que organiza Diario de León. RAMIRO

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León

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La despoblación de los pequeños municipios de León es inevitable "por la lógica de la demografía" y no hay opciones a no ser que se apliquen políticas activas para la generación de empleo y la atracción de los jóvenes. Esta es una de las conclusiones de la intervención hoy del director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Pompeu Fabra, Albert Esteve, en el marco del III Congreso sobre Despoblación que organiza Diario de León.

Esteve ha realizado una exhaustiva radiografía de la evolución demográfica en el país en el siglo pasado, donde hay que buscar el origen de la despoblación que hoy azota a gran parte de Castilla y León. Según ha afirmado, la situación de "despoblación irreversible" que afecta a gran parte de los municipios de menos de 500 habitantes se debe a la gran concentración de personas mayores, especialmente hombres de entre 45 y 90 años. El crecimiento natural de la población, es decir, la diferencia entre las defunciones y los nacimientos, es lo que marca este ritmo demográfico y no la marcha de jóvenes puesto que por cada tres personas que fallecen, se va una, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. En Castilla y León hay 1.800 municipios de menos de 500 habitantes, con una población de 300.000 personas en total. En los últimos cinco años, estas localidades han perdido 30.000 personas (22.000 de ellas debido al crecimiento natural). A juicio de Esteve, para poder mantener el mismo nivel de población en los próximos 20 años a un municipio de 150 habitantes debería llegar una persona cada año, lo que supondría recibir a todos los que llegaron a España entre 2000 y 2010, una cifra prácticamente imposible.

De hecho asegura que aunque todos los jóvenes que viven en municipios de menos de 500 habitantes tuvieran dos hijos ("prácticamente un milagro") estas poblaciones seguirían perdiendo población durante los próximos 70 años ante el alto índice de envejecimiento y, en consecuencia, de defunciones.