Diario de León

Los cadáveres de lucios, truchas, tencas, barbos y todo tipo de fauna acuática cubren el río CABREROS DEL RÍO

Miles de peces aparecen muertos en el curso del arroyo Valdearcos

La fauna piscícola del arroyo Valdearcos, por debajo de Cabreros del Río, ha sufrido las consecuencias de un previsible envenenamiento

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Pedro Vizcay - CABREROS.
León

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En la mañana del día uno de noviembre los pescadores denunciaron un posible envenenamiento que se estaba produciendo en el cauce del arroyo Valdearcos. El espectáculo era desolador. Miles de bermejuelas, especie de alto valor ecológico, tapizaban el fondo de algunos tramos del cauce. En otras zonas eran barbos, algunos de gran tamaño y otras especies autóctonas como tencas y gobios. De forma más aislada varias docenas de lucios y algunas truchas de gran tamaño aparecían muertas. La biodiversidad de este arroyo se ponía así de manifiesto por la variedad de especies muertas. Varias garzas y cuervos estaban realizando su particular festín. La mayoría de los peces estaban todavía frescos, como si hubiesen muerto de forma reciente, si bien algunos ya presentaban signos de putrefacción. Tras hacer algunas fotos y recorrer parte del curso pudimos comprobar que la mortandad se producía a partir de unos doscientos metros por debajo del puente de la carretera de Planquinos a Valencia de D. Juan. En esta zona existen varias industrias como y almacenes de abonos, semillas y secaderos de alfalfa, sin que se sepa aún si han tenido algo que ver con la mortandad de los animales acuáticos. Puesto el hecho en conocimiento de la Federación de Pesca, ésta lo notificó al cuartel de la Guardia Civil de Valencia de Don Juan. El arroyo Valdearcos es el típico curso fluvial de llanura. Desde su nacimiento, por encima de la localidad de Villamarco, recorre la zona de los Oteros hasta su desembocadura en el Esla a la altura de Fresno de la Vega. Alimentado en invierno por las lluvias y manantiales y en verano por los desagües del canal de la margen izquierda del Porma, presenta un notable caudal con aguas claras y frescas que permiten la vida de una abundante fauna piscícola. A las tradicionales especies que siempre ha tenido, bermejuelas, cachos y una enorme cantidad de ciprínidos, especialmente cuando remontan desde el río Esla en época de desove, se unen otras introducidas como el lucio y el black bass. También las grandes truchas que se descuelgan por el canal desde el azud de Villómar, encuentran en sus aguas un hábitat adecuado.

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