Encañonan y encierran a un joven para robar 1.200 euros en su local

Los hechos tuvieron lugar hacia las 4,45 horas del viernes, en un pub situado en la calle San José de Mayo de Astorga. Su propietario, el joven H. M. C., de 26 años, había cerrado y estaba terminando de recoger el local, que tenía las luces apagadas. En ese momento entraron dos hombres, de unos 30 años, a los que el joven nunca había visto antes: «uno era muy alto, y si lo hubiera visto con anterioridad me habría llamado la atención», explicó. «Tenía una pistola, y me apuntó con ella a la cabeza. Yo le aparté la mano y mientras forcejeábamos, intenté coger una botella o algo para defenderme, pero me dio un golpe fuerte con el arma en la oreja, que me produjo un corte», dijo. Dinero de la caja Los ladrones cogieron el dinero de la caja registradora y preguntaron dónde había más al joven, que se vio obligado a acompañar a uno de ellos hasta la cocina, donde guardaba cambio y lotería. Allí, el más alto revolvió hasta que encontró el dinero y se lo llevó todo. Después ordenó a la víctima que bajase al sótano del local y que esperase allí 10 minutos. «Cerraron la puerta de la trampilla y colocaron encima unas cajas para que yo no pudiera abrir. Esperé aproximadamente un cuarto de hora y cuando ya no oí ruidos, salí como pude, sacando un brazo por la portezuela, quitando las cajas y asomando con cuidado la cabeza por la puerta de la habitación», explicó H. M. C., que, al ver que no había nadie en el local, cogió las llaves y salió corriendo a cerrar la puerta de entrada. Después presentó la correspondiente denuncia ante la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de la ciudad. Procedimiento poco habitual Además de la cantidad en metálico, los desconocidos se llevaron dos cajas de bebidas y varias botellas que permanecían llenas en la barra. H. M. C., que regenta el establecimiento desde hace unos cuatro años, no había vivido nunca antes una situación similar, y se mostró extrañado del procedimiento empleado por los ladrones, nada habitual en la ciudad, ya que lo más frecuente es que los atracos se produzcan de noche y con los establecimientos cerrados.