Diario de León

LA VIDA DE LEÓN SELLO A SELLO

Ventiocho estampas de una provincia

Parte fundamental de cualquier epístola desde el siglo diecinueve, el sello representa algo más que el salvoconducto necesario para que la carta llegue a su destino. A su vera, casi desde su nacimiento, fueron cobra

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Miguel Ángel Tranca Redacción - LEÓN.
León

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Precisamente esos retratos tienen también como protagonista a León, provincia que desde el año 1934 ha encontrado un lugar notable a la hora de formar parte de series conmemorativas. Fue precisamente Gumersindo de Azcárate el primero en inaugurar una lista que sigue viéndose ampliada y que hasta el año 2000 registraba veintiocho sellos diferentes. A ellos hay que añadir el referido a la Herrería de Cumpludo de este año y otros dos ya aprobados para el 2003 con Las Edades del Hombre y Las Vidrieras de la Catedral de León como protagonistas. La historia del sello en España también lo es de la provincia de León. Con algo más de siglo y medio de raíces en la sociedad española, el sello sigue estando hoy en día, siempre como compañero inseparable de la carta, una forma de vida. Ni la aparición de Internet ni el teléfono han podido con la carta ni con un sello que sigue con toda su vitalidad. Bien es cierto que el paso de los años ha cambiado parte de su fisonomía, pero no su fin último. Precisamente León, provincia con profunda historia a sus espaldas, ha sido protagonista de la vida del sello. Fue precisamente Gumersindo de Azcárate que el primero en engrosar la lista de personalidades o motivos leoneses en una colección. Corría el año 1934 y este insigne personaje contó con su peculiar homenaje por parte de Correos en un sello cuyo valor era de 30 céntimos. De disposición horizontal y con el gris y el azul como colores, el citado sello tuvo una tirada de 4 millones de unidades. Tuvieron que pasar treinta años para que otra estampa alusiva de León ocupara un lugar en una serie editada de sellos. Y como no podía ser de otra manera la Catedral de León fue la destinataria de dicha distinción, siendo el valor del sello de 50 céntimos. Ese mismo año otro monumento corrió la misma suerte, la Cripta de San Isidoro, igualmente que la Catedral en la emisión Paisajes y Monumentos. Para esta ocasión Correos fijó su valor en 70 céntimos. También el escudo de la ciudad Otra serie, en este caso referida a Escudos de las capitales de provincias españolas mereció que el escudo León tuviera también su porción de gloria. Antes de que acabara el año 1964 otro personaje ilustre de León, Santo Toribio de Mogrovejo, acaparó la atención de Correos a través de dos sellos, ambos dentro de la serie Forjadores de América, el primero con un valor de ochenta céntimos y el segundo de tres pesetas. En año 1965 fue el del rey Alfonso X el Sabio el que mereció la distinción de Correos para ser incluido en la serie de Personajes Españoles. La fecha de emisión se concretó para el 26 de febrero del citado año. Estampado en azul y negro y de tamaño vertical, la tirada alcanzó los cuatro millones y medio de unidades. En 1967 un otro monumento encontró acomodo en la historia del sello en España, el Castillo de Ponferrada. Precisamente la edificación berciana fue la primera que aparecía en un sello fuera de León capital. El valor del sello era de dos pesetas.

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