Dinero e insultos a los ediles

Fue precisamente cuando se debatía en el pleno de esta semana sobre los sueldos de los funcionarios y sobre la asistencia al ayuntamiento de Juan Francisco Fernández Río, concejal afín al alcalde, desde que el PP y la UPL le privaron de la retribución por responsabilidades de gobierno, cuando uno de los muchos bañezanos que presenciaron la sesión pidió la dimisión de la todos los concejales, incluido el alcalde, como solución a los problemas de La Bañeza, propuesta muy aplaudida entre los asistentes. La intervención, fuera de lugar, en los mismos términos, ya se había producido en un pleno anterior, pero no cuando se hablaba de retribuciones y salarios. Y, precisamente, las salidas de tono de parte del público en la sesión extraordinaria del miércoles ha sido uno de los comentarios de los ciudadanos durante esta semana. Es lógico y sano que, en ocasiones, el público no pueda evitar manifestar su contento o disgusto e incluso que la sala se llene de risas, más en una situación como la de este Ayuntamiento, presidida por la crispación. Lo que supera toda normalidad es que se pase de ahí al insulto personal, como llegó a suceder, aunque, la verdad sea dicha, fue una minoría la que optó por la descalificación más burda de algunos ediles. Unos opinan que el alcalde tenía que haber desalojado la sala o, al menos, haber amenazado con hacerlo, mientras que otros estiman que echar al público hubiera sido una medida poco inteligente, por la posibilidad de que se produjera un mal mayor. En todo caso, la moción de censura está a la vuelta de la esquina. Se prevé un pleno caliente y sería bueno conservar la calma.