La declaración de Reserva de la Biosfera impedirá tres cielos abiertos

El proyecto presentado por el Ayuntamiento de Villablino a la Unesco para que el valle de Laciana fuera declarado como Reserva de la Biosfera contempla la división de la comarca en tres zonas diferenciadas, y con distintos grados de restricciones para garantizar la conservación de las zonas con mayor valor ecológico: zona núcleo, zona de amortiguación o tampón, y zona de transición. La denominada zona núcleo abarca un total de 6.818 hectáreas a las que se otorga carácter prioritario, y comprende los parajes de Buzongo, Muxivén, Fallona de la Devesa, Vega del Palo y Barroso-La Brañina. En estos parajes se van a permitir todos los usos tradicionales de pastoreo, ganadería y caza controlada, aunque la práctica del senderismo se va a limitar a determinadas rutas señalizadas. Sólo se van a permitir instalaciones no permanentes para el estudio y observación de la naturaleza, excluyendo las actividades mineras y forestales de cualquier tipo, así como el aprovechamiento hidroeléctrico o la instalación de parques eólicos. Esta medida impide la ejecución de los tres proyectos de explotación minera a cielo abierto que se tenían previsto llevar a cabo en la zona conocida como Vega del Palo, así como el proyecto eólico denominado Sancho I, que pretendía instalar un total de 66 aerogeneradores en los municipios de Murias de Paredes, Palacios del Sil, y Villablino, afectando en este último caso al paraje de La Brañina, ahora incluida en la zona núcleo del proyecto aprobado por la Unesco. La zona de amortiguación comprende un total de 13.173 hectáreas que rodean a las áreas catalogadas como núcleo, y de este cinturón se han excluido las zonas rurales, aunque circunscribe a todas las explotaciones mineras subterráneas y de cielo abierto, que a partir de ahora deberán hacer un esfuerzo suplementario para respetar el medio ambiente. Aquí se permite el senderismo controlado, los usos recreativos del monte, el mantenimiento de praderas y pastizales mediante fórmulas tradicionales y controladas, así como el uso forestal de conservación y regeneración del bosque natural. También se plantea la mejora y acondicionamiento de las construcciones tradicionales existentes, una medida que fundamentalmente afectará a las «cabanas» que componen las brañas de cada localidad. Población La denominada zona de transición afecta a los núcleos poblacionales y tiene una superficie total de 1.719 hectáreas. Se trata de zonas donde la presencia humana y las instalaciones mineras tienen mayor presencia, por lo que no se plantean modificaciones a las restricciones actuales.