Economía confirma que es la cifra que baraja al 2005 y que hasta el 2004 no fijará la definitiva ni qué minas cerrarán
Los 12 millones de toneladas de la reserva de carbón son «estimativos»
El Ministerio de Economía aseguró ayer que la cifra de los 12 millones de toneladas anuales de producción de carbón térmico qu
Un portavoz de la Secretaría de Estado de Energía del Ministerio de Economía vino a confirmar ayer a este periódico, aunque con matices, las cifras que un día antes habían trasladado los sindicatos UGT y CC.OO. tras la comisión de seguimiento del Plan del carbón un día antes. Aunque de sus palabras se deduce que va a ser muy difícil que los representantes de los trabajadores y la patronal carbonera hagan variar la cifra «estimativa» de reserva al 2005, puesto que consideran que cumple con el plan y con las previsiones de cierre de pozos que algunas empresas acordaron cuando se acogieron al marco que entró en vigor en España en 1998. Sobretodo los primeros, quienes consideran que la reserva debe ser la cifra global de producción actual, 13,2 millones de toneladas anuales, puesto que esta ya está por debajo en unas 500.000 toneladas de lo pactado y estipulado en el Plan del carbón para el 2005; algo que en su opinión sería legitimar un incumplimiento más. El portavoz ministerial insiste en que la cifra no está cerrada, sino «abierta al análisis del Ministerio de Economía», de lo que se deduce también que parece una decisión firme. además, añade que el ritmo de reducción de producción y ayudas, en el marco del Reglamento europeo de ayudas al carbón, será del 4%, «el que estipula el plan» y se viene aplicando desde 1998. Sin embargo, los sindicatos consideran que la estrategia la tienen diseñada y que de datos estimativos y no cerrados, nada. Aceptan que hay medio millón de toneladas del plan estratégico de Hunosa que se perderán al 2005, pero no que otras minas deban aportar más de otro medio. Incluso apuntan que desde Madrid se pretende dividir a las regiones mineras con comparativas con el fin debilitar posturas y de que cada territorio defienda lo suyo, sin unidad de acción de todo el sector. «Están tratando de dirigirnos a las minas que les interesa que cierren», acusan, «y a un debate con horizonte 2005 en vez de 2010, como deberían, para exigir ahora un sacrificio y después otro».