La unión de las tierras de León

Este templo dedicado a la Virgen de Fátima destaca por su hermosa portada de factura románica, en cuyos capiteles aparecen ciertas alusiones a unos hipotéticos y antiguos fueros locales. Ya en el interior, la bóveda aparece cubierta por lo que José María Luengo definió magistralmente como «yeserías barrocas astorganas». En definitiva, se trata de una calle carismática y muy tradicional, rotulada en sus placas con la denominación de La Bañeza. Una localidad nacida hacia el siglo IX, a partir de la repoblación que también realizara en aquellos lugares el muy atareado conde Gatón. Posteriormente, dando un gran salto en el siempre atractivo y sugerente libro de la historia, el monarca Alfonso VIII le otorgaría fueros propios y el más que merecido epígrafe de «Muy Leal». Durante el siglo XVII la villa bañezana alcanzaría un gran auge económico y social, recibiendo finalmente la denominación de «ciudad» el 3 de enero de 1895, por graciosa concesión de la reina regente doña María Cristina. Cuna de personalidades como Juan Ferreras, Nicolás Benavides, Conrado Blanco León, el escritor Antonio Colinas y la saga musical de los Odón Alonso, padre e hijo, La Bañeza y Astorga unieron sus destinos el día 1 de julio de 1898. Aquella fecha mágica quedaba inaugurada la línea de ferrocarril entre Palazuelo y Astorga, así como la estación de La Bañeza. Un hito de modernidad y progreso que varió notablemente el panorama de una España que estaba a punto de cerrar el convulso siglo XIX. En fin, si quieren saber más datos a propósito de La Bañeza, no tienen más que seguir los eruditos artículos publicados en estas mismas páginas del Diario de León por Conrado Blanco, historiador local y cronista oficial del lugar.