Confusión

Tenía uno ya estas Crónicas Pésicas escritas el pasado martes antes de poder leer el Diario, escritas y enviadas a su destino, cuando, sorpresa mayúscula, resulta que la declaración del Valle de Laciana como Reserva de la Biosfera era todo un invento. Claro está, como bien pueden suponer, el título de la misma era «Gracias Unesco», y en ella agradecía a quien correspondiera la prontitud en la declaración de la máxima figura de conservación del entorno. Con buen criterio la opinión al respecto no salió publicada, dado su carácter. Resultaría prematura agradecer un acto que aún está por consumarse. Cada cosa a su tiempo. Hoy, una semana más tarde, poco o nada se ha aclarado al respecto. De momento el marrón se lo está comiendo Javier Castroviejo, máximo responsable del programa de la Unesco Hombre y Biosfera (MaB). Posiblemente hoy miércoles comparezca en el Senado el ministro Jaume Matas y dará alguna explicación convincente. Sea como sea, casi todos pensamos que en una semana tiempo habría para salir a la palestra y explicar con pelos y señales cómo se puede incurrir en un error tan gordo. A nivel comunitario más de lo mismo, la consejera Silvia Clemente que pronto se llenó la boca declarando que la declaración (ficticia), suponía un reconocimiento a la gestión, parece haberse quedado muda y nada ha dicho al respecto. Desde todos los ángulos atacan el patinazo dado con la falsa declaración, hasta los que no tienen claro que quieren en materia de medio ambiente para el León que defienden, como la UPL, se tiran a la yugular de la consejera. No seré yo quién diga que no obren los motivos. No haré una defensa del máximo dirigente del MaB, Javier Castroviejo, posiblemente no la necesite. Debemos de reconocer que el equivocarse es humano, aunque el rectificar, dicen, es de sabios. Todos sabemos que desde la Unesco lo que quieren es declarar toda la cordillera Cantábrica en sus 400.000 hectáreas, pero pensábamos que iban a hacerlo parcialmente, y que la declaración de Laciana y Picos de Europa era el comienzo. Mientras no tengamos claro aquello que alguien dijo de que: nosotros no tenemos heredada la tierra de nuestros padres, la tenemos prestado por nuestros hijos, nada podemos hacer al respecto. Lo que está claro es que la figura de Reserva de la Biosfera es algo bueno para Laciana, no olvidemos el reconocimiento que recibió el pasado año 2001, mereciendo el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, compitiendo nada más y nada menos, que con las candidaturas del francés Dominique Lapierre, la lucha de las mujeres afganas y la asociación gallega de madres contra la droga Erguete. Sea como sea, expliquen lo que expliquen desde el ministerio de Medio Ambiente, lo que debemos es de continuar luchando por conseguirlo, cuanto antes sea mejor. No pensemos que la distinción la dan tan fácilmente, en el acto del jurado que le otorgó el Príncipe de Asturias destacaban a esta red como «símbolo de los esfuerzos del hombre para preservar espacios y poblaciones naturales únicos, patrimonio de toda la Humanidad, a través de la amplias y generosa colaboración entre cerca de cien países de los cinco continentes, dando así una dimensión global a la defensa de la naturaleza». Algo de todo esto tendremos en el Valle de Laciana cuando nos han elegido. Sería gracioso que desde la lejanía pensaran así y los que estamos dentro no sepamos ver la riqueza que nos rodea. Ahora, a tener los ojos bien abiertos, no olvidemos aquello de que a río revuelto ganancia de pescadores, aunque el refrán debe de estar caduco, creo que en la actualidad, cuando las aguas no están claras está prohibida la pesca...