El escudo de la casa de la Herrería y el Pérez Alonso, emblemas de la vía
Padre Miguélez (II)
En la entrega anterior iniciamos esta semblanza entre histórica y nostálgica a propósito de la carismática arteria que homenajea al Padre Miguélez, conocida anteriormente como calle de La Madera. Una vía castiza ya en época medieval, pues acogía en aquellos tiempos el Pósito Municipal, la casa de Carnicerías y la vetusta cárcel Pública. Y en su inicio, casi aledaña a la calle del Reloj, se ubicaba la popular casa de la Herrería, cuyo blasón labrado en piedra aún podemos admirar a la altura del número 4 de la calle. Según el historiador local don Conrado Blanco, también colaborador en el Diario de León, la casa de la Herrería perteneció a la Real Abadía de Samos y en ella residía antiguamente un fraile que se encargaba de vender el hierro producido en las seis herrerías dependientes de la abadía. Este monje administraba la mercancía puesta a la venta pública, al tiempo que se ocupaba de recaudar buenos dineros para la Casa madre. Tanto la casa de la Herrería como su escudo están datados en el año 1767, aunque al parecer existió otro edificio anterior, de trazas menos clásicas. Sea como fuere, la construcción fue derribada en el relativamente reciente año de 1965, pero el escudo sería respetado por el propietario, don Abelardo Ramos, y colocado en la portada del nuevo y moderno inmueble. Emblema benedictino Buenos conocedores de la Orden Benedictina y de la reputada Abadía de Samos, como el Padre Albano, han reflejado por escrito algunas claves que nos permiten entender los adornos y alusiones del escudo. Así, la cruz procesional que aparece en el primer cuartel hace referencia a una reliquia de plata fechada en el siglo XI y que fue robada hacia el año 1869. Y a su lado las cuatro conchas peregrinas que simbolizan el Camino de Santiago, pues uno de sus ramales discurre precisamente por Samos. Completando el conjunto, a modo de bello retrato en piedra de tiempos muy pasados, figuran palmas, laureles e incluso un pájaro que lleva un anillo en su pico. La impronta histórica que envuelve a la calle de La Madera, hoy Padre Miguélez, no se limita a los viejos edificios. En 1873, por ejemplo, con motivo de los disturbios y manifestaciones ocasionadas por el advenimiento de la Primera República, se produjeron gravísimos incidentes en este anclave. A la vista del cariz que tomaban los desórdenes, las autoridades se vieron forzadas a movilizar una formación de cuarenta guardias civiles, de infantería y caballería, que lograron finalmente calmar los exaltados Ánimos.