El pueblo, conmocionado por la muerte de los dos ancianos

Los dos ancianos a los que se encontraron muertes en la noche del jueves al viernes en la localidad de Huerga de Garaballes constituían un matrimonio normal, «que se llevaba bien con todo el mundo», según indicaron ayer los vecinos del pueblo. Procedentes de Soto de la Vega, poseían un chalé en la carretera de salida del pueblo y empleaban su tiempo en pasear por los alrededores del pueblo y en cultivar un pequeño huerto que poseían junto a su casa. Tras el entierro, que se aplazó de la tarde del viernes a las 11.00 horas de la mañana de ayer, debido a la autopsia que se hubo de practicar a ambos cuerpos, que presentaban un avanzado estado de descomposición, la jornada transcurrió con normalidad siempre y cuando no se mencionara el dramático suceso. Sus más allegados se referían al matrimonio con lágrimas en los ojos, mientras que quienes les conocían menos lamentaban el incidente y no dejaban mostraban su extrañeza ante lo sucedido. El rumor de que los ancianos, de 80 y 78 años, fallecieron a consecuencia de una ingestión de setas se mantenía en Huerga, aunque lo cierto es que no se conocerán los resultados definitivos de la autopsia hasta pasadas, al menos, dos semanas, en las que el Instituto Anatómico Forense de Madrid haya terminado los análisis de las muestras tomadas el viernes de ambos cadáveres. De momento, la intoxicación alimentaria parece ser la causa más probable de la muerte. El matrimonio fue visto por última vez el pasado domingo, cuando daban uno de sus acostumbrados paseos por Huerga y, avanzado el día, recibieron la visita de una persona. Nada se supo de ellos hasta la noche del jueves al viernes. Como era de esperar, su hijo, residente en Madrid, acudió a las exequias.