Diario de León

LEÓN DESDE LA CORTE/David Fernández

En el corazón de la desesperanza

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Castilla y León está sumida en una profunda depresión. Esa es la síntesis de la encuesta que esta semana ha publicado el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y que arroja una gran desconfianza en la política, sobre todo la autonómica, y en el futuro de la comunidad: uno de cada tres leoneses y castellanos asegura que la suya es la comunidad donde peor se vive. Ninguna otra región muestra un nivel de rechazo tan alto a su propia realidad como Castilla y León. Ni una falta de ilusión tan preocupante. La lectura de la encuesta explica este pesimismo que ha prendido en una sociedad que ni protesta ni tiene esperanza. Apenas alguno de los datos del estudio del CIS puede ser analizado con optimismo. Y entre ellos destaca la confianza en el modelo autonómico como la mejor forma de articular el Estado: más del 60% de los ciudadanos de Castilla y León consideran que la actual forma de organización política es positiva para España y casi la mitad piden más autonomía para Castilla y León. Sin embargo, cuando descienden de la teoría a la realidad, la mayoría cree que han aumentado las diferencias entre territorios, que lo seguirá haciendo en el futuro inmediato y que el Estado de las Autonomías funciona regular o mal. Primer tirón de orejas para los políticos, que tiene su versión corregida y aumentada en Castilla y León: el 62% de los leoneses y castellanos está poco o nada satisfecho con el funcionamiento de su comunidad. Esa valoración global se apoya en unos cimientos tan sólidos como desesperanzadores: dos de cada tres ciudadanos consideran que la situación política de la comunidad es regular o mala. El 81% piensa lo mismo de la realidad económica. Y un porcentaje similar cree que ambas han empeorado desde las últimas elecciones, las de 1999, que dieron la cuarta mayoría absoluta consecutiva al PP. Además, los ciudadanos consideran que la situación de Castilla y León es peor que la del resto del país. El paro, las infraestructuras, la despoblación rural, la inseguridad ciudadana, los problemas económicos y la falta de tejido industrial son, por ese orden, los seis problemas más importantes que tiene la comunidad y que la Junta parece incapaz de corregir, a juicio de los ciudadanos: tres cuartas partes de los encuestados aseguran que la política desarrollada por el Gobierno autonómico en estos asuntos es regular o mala. Con esa conclusión, no extraña que más del 70% de los leoneses y castellanos asegure que la política, autonómica o nacional, les interesa poco o nada. O que casi el 90% considere que tiene escasa información de las actuaciones de la Junta y de las Cortes. Gobierno autonómico El Gobierno autonómico, al que casi la mitad de los encuestados considera subordinado al Ejecutivo central, es la institución peor valorada: el 66,8% cree que su gestión desde 1999 es regular o mala y sólo el 8,4% considera que es la administración que mejor trata a los ciudadanos (frente al 41,6% que obtienen los ayuntamientos y el 11,3% del Gobierno nacional). Aún así, sólo el 40,3% desaprueba la labor de la Junta en esta legislatura, que es aprobada por el 36,8%. Si la valoración se personaliza, Juan Vicente Herrera sale mejor parado: un 38 de cada cien leoneses y castellanos aprueban su actuación, frente al suspenso con el que la puntúan 33. Y eso que más de la mitad considera que su gestión ha sido regular o mala. ¿Y la oposición? Vapuleada. El 64,5% cree que ha actuado regular o mal y más de la mitad piensa que, si llegara al Gobierno autonómico, su gestión sería igual o peor. Por eso, si hoy se celebraran las elecciones autonómicas, el PP obtendría su quinta mayoría absoluta consecutiva, sin sufrir apenas desgaste después de casi 16 años al frente de una comunidad que el 32% de los ciudadanos consideran la peor para vivir. La encuesta del CIS muestra pues una alta capacidad crítica en la sociedad leonesa y castellana que luego no se traduce en dinamismo, ni en rebeldía, ni en deseo de cambio, sino en pesimismo, desconfianza y desesperanza. Y también muestra que Castilla y León es una de las sociedades más conservadoras del país: el 88,3% de los encuestados se declara católico, la mitad, practicante y, entre el cero (ultraizquierda) y el diez (ultraderecha) se sitúa en el 5,04 (4,68 en España). La mala gestión y el desinterés han acabado pues con la ciudadanía, sustituida por contribuyentes y votantes que critican a unos políticos a los que consideran malos gestores pero a los que no exigen en las urnas prácticamente nada. Castilla y León carece de autoestima y capacidad de construir y desborda pesimismo y victimismo. La comunidad ha perdido su capacidad reivindicativa y se ha instalado en el conservadurismo más improductivo: la situación es mala o peor pero, ¿para qué cambiar algo si nada tiene solución?, parecen preguntarse los encuestados por el CIS. «Un pueblo que no protesta no tiene esperanza: ya es manso. Hay esperanza donde hay rebeldía», reflexionaba esta semana el escritor gallego Manuel Rivas al fotografiar la desesperación de su pueblo, golpeado de nuevo por el luto que el mar lleva a sus costas en forma de petróleo. Mientras en Galicia, y en otras zonas, luchan, Castilla y León ha perdido la rebeldía, la protesta, la esperanza.

tracking