La reconversión minera acabó en cinco años con el 40% del empleo

El jefe del Ejecutivo castellano y leonés se arriesga a afirmar, en un repaso a los veinte años de autonomía que realiza en la revista Lo mejor de las autonomías, que la crisis que ha atravesado el sector durante la última década se ha logrado atajar con el ajuste de actividad y empleo riguroso realizado en el marco del Plan de la minería carbón (1998-2005) y desarrollo alternativo de las comarcas mineras y la contribución de la Ley de Actuación Minera de la Junta. Entre ambos marcos, las cuencas leonesas y palentinas han logrado, a su juicio, sanear las empresas carboneras y crear las bases para la diversificación socioeconómica de estos territorios. «Sabemos de la tradición minera y estamos comprometidos con la defensa de sus intereses económicos y sociales», subraya. No obstante, las cifras que deja la última reconversión -que se suma a dos anteriores- son brutales. De los 4,36 millones de toneladas de producción anual perdidas en toda la minería española, el 41,55% fue carbón leonés y palentino; y de los 9.714 mineros que ya no existen, 3.616 (un 37,22%) son de estas cuencas. Sólo Asturias supera estas cifras, con casi 1,4 millones de toneladas menos y 5.016 puestos de trabajo que ya no existen en el sector. Una industria más fuerte A pesar de la pérdida de peso y de la evidencia de que el valor añadido y la producción industrial se han resentido de manera irreparable para la economía leonesa, la reconversión ha servido para hacer un sector saneado. De las 30 empresas que existían en León en diciembre de 1997 hoy hay 24; y de las siete de Palencia, dos. Con la importante significación de que sólo han cerrado cuatro y de que cinco de Palencia y más de media docena de León han pasado a formar hoy la mayor empresa minera privada del país: Uminsa, que concentra pozos en todas las cuencas, con 1.927 empleados. Este fortalecimiento es en el que se asienta ahora la creación de ese «grupo de presión» formado por la patronal, los sindicatos y las administraciones municipales y regional para que el sector mantenga su volumen actual: 5,1 millones de toneladas y 5.340 mineros. Se buscan convencer al Gobierno y a la Comisión Europea de que todas estas minas entren en la reserva estratégica y puedan recibir ayudas hasta el 2010, asentando el sector para seguir creando alternativas de riqueza.