Diario de León

Consideran que la obra es innecesaria, mientras que hay otras zonas con mayor peligro de inundaciones

La Junta Vecinal de Caín rechaza el aprovechamiento del río Chico

El período de información pública al polémico proyecto de ordenación hidráulica del río Chico en Caín comenzó el pasado día 27 de noviembre, co

En la imagen se puede observar la situación actual del río Chico en Caín

En la imagen se puede observar la situación actual del río Chico en Caín

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Corresponsal de CAÍN. Larry
León

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El presidente de la Junta Vecinal de Caín, Florencio Pérez Cuevas, anunció ayer su intención de presentar varias alegaciones al proyecto de ordenación hidráulica del río Chico. El pedáneo señaló que en el tramo donde se pretenden hacer las obras no existe ningún riesgo de desbordamiento o arrastre, mientras que, dentro del pueblo, la Junta Vecinal tiene señalados tres puntos de riesgo por crecida que no se contemplan: uno en el mismo río chico unos cuantos metros río arriba de donde comenzarían las obras, afectando a la seguridad del cementerio; un afluente del río Chico, conocido como la Riega, que atraviesa la parte alta del pueblo y que pone en peligro la bolera y la escuela, y otro, ya en el Cares, donde las crecidas dejan incomunicadas dos viviendas en el paraje de los Pinteros. «Sobre estos puntos de riesgo no dicen nada y pretenden actuar en una zona que no supone ningún peligro», señaló Cuevas. En parecidos términos se manifestó la concejala independiente de Posada Ana Aida del Campo, quien calificó el proyecto de «despilfarro de dinero público para realizar una importante modificación de un cauce en un parque nacional». Del Campo aprovechó la coincidencia de la actual crecida de los ríos que existe en el valle de Valdeón para señalar que el Chico no supone ningún riesgo. «Es curioso que ahora, con la crecida, todo el mundo pueda comprobar perfectamente dónde se desbordan los ríos y dónde se producen situaciones de peligro, y una de las zonas donde el río fluye sin problemas es donde se piensa intervenir», manifestó la concejala, quien añadió que «unos metros más abajo de la desembocadura, ya en el Cares, el agua siempre amenaza con salirse del cauce incomunicando a vecinos de Caín; sin embargo eso no se contempla». Discriminaciones entre vecinos Florencio Pérez quiso denunciar también el diferente trato que reciben unos vecinos u otros respecto a las licencias de obras y expropiaciones. «El pueblo de Caín -comenta- lleva varios años con una actuación sobre la bolera del pueblo, para la que cuenta con una subvención del parque nacional, y no se ha podido acometer la obra por faltar la licencia de Confederación; sin embargo un vecino ex-concejal está realizando ahora una obra en una zona que en el proyecto inicial iba a ser expropiada». Ana Aida del Campo, quiso mostrar su extrañeza ante el apartado calificado como recuperación medioambiental contemplado en el proyecto: «Resulta que se contempla la recuperación medioambiental de unas fincas que actualmente se siegan anualmente, como si se tratase de una escombrera, para realizar una especie de paseo fluvial, y todo ello dentro de un parque nacional, realmente parece una forma extraña de recuperar una zona medioambientalmente», señaló la concejala. El proyecto, cuya inversión prevista superaría los 325.000 euros excluidas las expropiaciones, entró en periodo de alegaciones el pasado día 27 de noviembre. El pleno municipal aprobó en su día, con la mayoría popular, la iniciativa. La obra, además de un puente nuevo y una pasarela metálica, contempla la recuperación medioambiental de una franja de unos 5.250 metros cuadrados, muchos correspondientes a las fincas privadas a expropiar.

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