Diario de León

OPINIÓN Alejandro García Montiel (*)

Personas con discapacidad

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Ayer se celebró el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Acostumbrados como estamos a que con frecuencia se celebre algún «Día de...», da la sensación de que estos se quedan en algo testimonial que sólo llega a los colectivos implicados y deja indiferente al resto de la población. Deseo que esto sea una apreciación errónea y que estos días sirvan para reflexionar sobre el motivo de la celebración y para concienciarnos de que existe una realidad, el mundo de la discapacidad, a la que no podemos dar la espalda. Según datos del Plan Regional Sectorial, aprobado en Diciembre de 2000, el 5,85% de la población de Castilla y León tiene algún tipo de discapacidad. Trasladado a la provincia de León este porcentaje se eleva al 7,36%, de los que el 5,24% corresponde a discapacidades físicas, el 1,29% a la discapacidad intelectual, y el resto a algún tipo de discapacidad sensorial. Dichos datos, que se han de mirar con las reservas que requiere todo intento de cuantificar determinadas realidades sociales (no todo está registrado oficialmente), sirven para darnos una idea de la prevalencia de la discapacidad, tanto a nivel regional como provincial. Nos demuestran que cuando hablamos de este tema no tratamos de una entelequia ni de un concepto abstracto, sino que nos refirimos a una realidad que afecta a un colectivo muy importante de personas, que viven en nuestra sociedad con unas necesidades concretas que, en muchas ocasiones, no pueden ser satisfechas por los graves obstáculos con los que se encuentran. A que existan dichos obstáculos contribuimos todos, desde el momento que ignoramos la existencia de estas personas o no respetamos sus necesidades y su particular forma de ser. Normalmente esto está originado por la ausencia de un conocimiento adecuado, dando lugar a la creación de estereotipos y prejuicios que lo único que hacen es instalar barreras. Barreras que, con frecuencia, nos creamos de forma inconsciente, habituados a vivir en una sociedad en la que lo más valorado es la belleza y el poder, y donde lo imperfecto y lo diferente a la norma no tienen cabida. Un obstáculo importante lo establecemos con la propia terminología utilizada para referirnos a estas personas. El campo de la discapacidad se ha caracterizado por el cambio constante de los términos empleados, que han evolucionado junto con el proceso de atención a estas personas: de un modelo que resaltaba las deficiencias se ha pasado a una forma de actuación centrado en la persona, que toma como base de actuación las capacidades de cada uno. De esta manera, el uso de términos como «subnormal», «inválido», «deficiente mental», etc., con importantes connotaciones peyorativas, no hacen más que acentuar las diferencias e impedir el proceso de integración. Esta terminología debe desaparecer del uso cotidiano. Así, en la actualidad hablamos de personas con discapacidad intelectual, física, sensorial, etc, pero siempre nos estamos refiriendo a personas. Invito a reflexionar sobre nuestras actitudes personales hacia estos colectivos; a iniciar un proceso de acercamiento a ellos, cuyo conocimiento real, que seguro nos sorprenderá, nos hará cambiar el concepto, aceptándoles como son, pues como decía Keith E. Beeny «la integración como filosofía significa una valoración positiva de las diferencias». La celebración de este día sirve de preámbulo a lo que será todo el 2003, declarado Año Europeo de las Personas con Discapacidad. A lo largo del mismo seguiremos insistiendo en estos temas, tratando de promover el deseado cambio de actitud. Este, que debe afectar a los ciudadanos en general, debe ir acompañado de un cambio de planteamientos de los gobernantes que, desde sus Administraciones respectivas, se ha de traducir en obras de infraestructura para hacer las ciudades y los pueblos accesibles para todas las personas, para todas. (*) Alejandro García Montiel es director del Centro Nuestra Señora del Valle

tracking