Un marquesado prolífico y beneficioso

Por encima de todas las familias descritas se encuentra de la de los Osorios, emparentada posteriormente con alguna de ellas, y poseedora del título de marquesado. Precisamente la relación de los Osorios con Astorga data del reinado de Enrique IV y los favores que uno de los Osorio, Álvaro Pérez Osorio, dispensó hacia su causa. Como premio, el monarca le dio a elegir entre las ciudades de Lugo, La Coruña y Astorga, siendo la capital maragata su preferencia. A partir de ese momento la relación entre la bimilenaria ciudad y los Osorios fue intensa a lo largo de varios siglos. Incluso una de las joyas arquitectónicas que tuvo la ciudad, el castillo, fue propiedad de esta noble familia (luego derruido por los avatares de la historia y algunas de sus piedras utilizadas para la construcción de la Plaza de Toros). Su historia, por tanto, es notoria en la capital maragata, ciudad en la que a lo largo de muchos años y un buen número de generaciones los Osorio, o sea los Marqueses de Astorga, gobernaron y dejaron constancia de sus virtudes a la corona. Una de ellas, la victoria en la Batalla de Clavijo, aún se recuerda en la ciudad, en cuyo Consistorio se conserva el estandarte original que uno de los Osorio pujó en tan notable acontecimiento y que la ciudad recuerda con agradecimiento cada año en una procesión en la que el pasado y el presente se dan la mano.