Anulan sacrificios en el matadero después del caos de los últimos días

Según pudo saber este periódico del entorno de los afectados por este problema, el matadero pudo sacrificar ayer unas sesenta vacas, y tiene pendientes para hoy otras cuarenta. En esta cantidad no están incluidos los animales cuya matanza fue anulada, debido a que los carniceros pudieron ya recuperar la carne que no vendieron en su día por encontrarse retenida en las instalaciones, a la espera de que el laboratorio encargado de analizar las muestras de cerebro entregara al matadero los resultados, como ya publicó ayer en exclusiva Diario de León. No se descarta que se produzcan nuevas anulaciones en los próximos días por el mismo motivo. Distribuidas ayer Siempre según las mismas fuentes, las canales que permanecían paralizadas en las instalaciones de Mafricas terminaron de ser distribuidas ayer por la mañana, después de que a última hora de la tarde del miércoles fuera recibida la comunicación pertinente, y todas se encuentran en condiciones aptas para el consumo. Ello permitió que el matadero continuase con las labores de sacrificio con relativa normalidad. Los carniceros y particulares esperan que los resultados de los sacrificios realizados ayer lleguen hoy al matadero, con lo que el veterinario competente podrá sellar el animal durante esta mañana para darle salida en la misma jornada. De lo contrario, podrían volver a repetirse los problemas de días anteriores, dada la cercanía del fin de semana en que el estamento funcionarial no trabaja. Los pasados martes y miércoles fueron muchos los carniceros y particulares que montaron guardia en el matadero a la espera de poder recibir la carne de vacuno para matanza que habían entregado, en la mayoría de casos el jueves anterior, para ser analizada. El retraso en la entrega de los resultados provocó también que las cámaras del matadero estuvieran ocupadas con las canales y los subproductos de la carne retenida, con lo que, horas antes de la resolución de la crisis, comenzaba a ser limitado el espacio con que contaban las instalaciones para acoger nuevas piezas, y se temió por la actividad del matadero.