Diario de León

La vía se llamó de La Fuente, por el manatial de Herraces, que brotaba allí

Manuel Diz (I)

Aspecto de la calle dedicada al ingeniero que construyó el famoso puente de Requejo

Aspecto de la calle dedicada al ingeniero que construyó el famoso puente de Requejo

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León

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Partiendo desde la atareada Plaza Mayor y el edificio del Ayuntamiento, tan convulsionado en los últimos tiempos por cuestiones políticas bien ajenas al espíritu entre histórico y nostálgico de esta sección, parte la calle que lleva el nombre del ingeniero Manuel Diz. Una vía plena de encanto tradicional que presenta un mosaico de edificios modernos combinado con viviendas caracterizadas por su rancia solera, como la que hace el número 8 y tiene como santo y seña un vetusto y atractivo llamador que da grato testimonio de otras épocas ya muy rebasadas en el calendario de la vida española. La arteria se configura como un escenario vitalista y grandilocuente de la vida social en La Bañeza, distinguido por el abundante tráfico de vehículos y una sana algarabía de establecimientos públicos y transacciones comerciales. Dejando en su mediano trayecto cruces con calles tan significativos como Tejedores o La Fuente, el trazado un tanto curvo de nuestra vía protagonista va a morir en la confluencia entre las calles el Molino y Odón Alonso, poniendo así el punto final a una agradable perspectiva urbana que cobija las más puras esencias bañezanas. Pero volvamos la vista atrás, a ese pasado pleno de ecos orgullosos y nobiliarios, cuando la calle estaba bautizada con la castiza denominación de la Fuente, referida a la fontana de Ferraces que existió al lado del puente de idéntico nombre. Este puente, llamado también de Herraces o Races, tenía un único arco de medio punto y estaba ubicado en la zaya de los molinos, regulando el paso del agua en dirección a Astorga y Galicia en un sentido, y en el contrario con destino a Benavente. En palabras del Padre Albano, experto conocedor del tema, parecía una mirada de la villa hacia el oriente. Y a su vera el manantial de Herraces o Ferraces cuyas aguas, desgraciadamente, dejaron de manar hace ya tiempo. Pero aún pervive la memoria de aquella fuente protegida con piedra labrada y rematada su estructura con el escudo de La Bañeza, indicando que se trataba de una propiedad municipal y que, por lo tanto, debía ser respetada y cuidada por el vecindario. Durante la Edad Media la calle de la Fuente, actual Manuel Diz, era uno de los grandes ejes urbanos de la villa, acceso de entrada y salida a La Bañeza por la conocida como Puerta Oriental. Son multitud los documentos de la época recogidos por los historiadores locales y que hacen referencia tanto a la calle como a las propiedades particulares que se erigían por aquellos pagos.

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