El juez condena a 18 años de cárcel al asesino del pastor de Fresno

Después de que un jurado popular integrado por seis mujeres y tres hombres emitiera el pasado día 14 un veredicto de culpabilidad contra Carlos Enrique Sandoval, este agricultor de Fresno de la Vega ha sido ahora condenado a 18 años de cárcel por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de León. La sentencia rebaja en dos años la petición de penas del fiscal y de la acusación particular, que habían solicitado 20 años de reclusión para Sandoval, por entender que cometió el asesinato de su vecino José Antonio Rodríguez con premeditación, a sangre fría y sin que la víctima pudiera defenderse, ya que recibió los tres impactos de la escopeta de caza por la espalda. Según ha quedado probado, Sandoval aguardó pasadas la doce de la mañana de aquel 21 de enero al pastor, ocultándose entre unos chopos y con la escopeta cargada. Sabía que Rodríguez pasaría por allí, porque era el camino de concentración parcelaria que conducía a la majada de ovejas del pastor, a las que alimentaba cada día a esa hora. Para poder dispararle con facilidad, el acusado cruzó en la carretera varios troncos de chopo jóvenes que cortó con su navaja. Como había previsto, Rodríguez llegó a la zona en su vehículo y bajó de la furgoneta para retirar los obstáculos. No le dio tiempo a parar el motor. El primer impacto, no mortal, lo recibió en el cuello, el segundo, en el glúteo izquierdo, al caer o haberse arrojado al suelo para evitar los disparos, y el tercero, le atravesó la cabeza, según los forenses. La Guardia Civil le detuvo dos semanas después, el 13 de febrero, tras entrevistar a los cazadores de la zona y realizar una exhaustiva investigación. Sandoval confesó los hechos a los agentes, les entregó voluntariamente el cuchillo y la escopeta, e incluso les acompañó a la zona de río donde arrojó los tres cartuchos, que no han podido ser recuperados. Cuatro días de juicio Sin embargo, en el juicio oral, que se celebró del 10 al 14 de diciembre en la Audiencia, el agricultor se declaró inocente, negó que hubiera asesinado a su vecino y acusó a la Guardia Civil de mentir y de engañarle, aprovechando que es diabético y había sufrido una bajada de glucosa. Los jurados no creyeron esa versión, como tampoco respaldaron la coartada del acusado, que aseguró que a la hora del crimen estaba en el domicilio familiar comiendo un bocadillo. Su madre y su hermana corroboraron esa afirmación, recalcando que Sandoval es muy metódico, sobre todo a las horas de la comidas «por su enfermedad».