El presunto agresor se justifica en que estaba ebrio

R.G.G. argumentó que estaba ebrio cuando cometió los hechos de encañonar a un guardia civil y al responsable de un concesionario de coches. Aunque el arma y las balas no aparecieron en un primer momento, finalmente fueron localizadas en el interior del establecimiento de un amigo del acusado. Mientras, J.F.F., que presentó la correspondiente denuncia contra R.G.G. por el incidente vivido, hubo de reparar los importantes daños materiales que éste causó en el establecimiento de su propiedad. Los dos detenidos, de mediana edad, pasaron a disposición judicial. El juzgado bañezano los puso ayer en libertad, con la obligación de presentarse de forma periódica ante el juez hasta que se determine la fecha del proceso que tratará de esclarecer este caso.