OPCIÓN TODO CARRETERA (N-630) ANÁLISIS DE TRES OPCIONES PARA VIAJAR A MADRID
Adelantamientos al límite, travesías, radar y tráfico denso
La opción tradicional para viajar a Benavente, la de la nacional 630, se inicia ya en León con varios kilómetros de circulación urbana con tráfico denso y semáforos. La travesía de Cembranos, a pocos kilómetros de León, marca la tónica de un viaje en el que la carretera nacional atravesará hasta la ciudad zamorana un total de nueve pueblos y dos cruces peligrosos con un límite de velocidad de 50 kilómetros por hora. La presencia de un radar de la Guardia Civil en Cembranos -un punto habitual para estos controles- advierte además de la necesidad de respetar la señalización al paso por los pueblos, un aviso que se repitió más adelante en dos ocasiones, con la vigilancia al pie de la carretera de sendas patrullas de Tráfico. Por lo demás, el viaje por esta vía -a media mañana del sábado- se caracterizó por los constantes adelantamientos en ambos sentidos, muchos de ellos protagonizados por varios vehículos a la vez y en algunas ocasiones sobre la línea continua u obligando a otros conductores a entrar en el arcén. Un total de 48 camiones Durante el recorrido se contabilizaron tres camiones en el mismo sentido del tráfico y otros 45 vehículos pesados que circulaban hacia León. Al mantener una velocidad de 110 kilómetros por hora, los únicos vehículos a los que se adelantó en el trayecto fueron los tres camiones que iban hacia Benavente, además de dos turismos que al parecer realizaban circulaciones locales, ya que uno era una pequeña furgoneta muy antigua y otro un turismo que salió del cruce de Villademor de la Vega en sentido Benavente y se incorporó directamente al arcén para acceder unos metros más adelante a un camino agrícola. Velocidad poco efectiva Pese a que la práctica totalidad de los turismos que iban hacia Benavente circulaban cuando les era posible a bastante más de 110 kilómetros por hora, lo cierto es que apenas ganaban tiempo a los que se mantenían en esos límites, ya que poco después de un adelantamiento se encontraban con un nuevo obstáculo que les obligaba a reducir su marcha. Además, pese a que la circulación en sentido Zamora era relativamente fluida en el momento del viaje, el tráfico sensiblemente más denso en dirección a León, y la abundancia de vehículos pesados, obligaba a asumir riesgos a quienes se aventuraban a intentar reducir el tiempo del viaje. En estas circunstancias, se antoja complicado y arriesgado ganar un tiempo que pueda ser tenido en cuenta con respecto a los vehículos que circulan a una velocidad próxima a la máxima permitida. La opción más barata Así, intentando mantener una velocidad de 110 kilómetros por hora, los 68 kilómetros se recorrieron en 47 minutos, a una velocidad media de 79 kilómetros por hora. Esta opción fue, eso sí, la más barata de las tres posibles, con un consumo medio de 6,3 litros de gasolina por cada cien kilómetros, y un coste total para el viaje de 4,11 euros, y sin necesidad de abonar ningún peaje.