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Medio ambiente

Castaños autóctonos garantizarán el alimento del oso cantábrico ante el cambio climático

La Fundación Oso Pardo comienza esta primavera la plantación de árboles en un total de 210 hectáreas entre León y Asturias

Tras concluir los trabajos preparatorios y de planificación comenzarán las plantaciones en primavera. JESÚS F. SALVADORES

León

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Las evidencias del cambio climático son cada vez más constatables en el medio natural. Conscientes de las consecuencias que estos cambios pueden suponer para determinadas especies vegetales, fundamentales para la supervivencia de los osos, la Fundación Oso Pardo (FOP) trabaja desde hace meses en la búsqueda de soluciones para solventar este problema que podría poner en peligro la hasta ahora ascendente evolución de la especie en la Cordillera Cantábrica, donde se prevé que los cambios climatológicos sean, a largo plazo, más severos.

Por eso, se prevé la plantación, en varias fases de 150.000 árboles frutales y arbustos autóctonos productores de frutos carnosos en 225 pequeños bosquetes que ocuparán 155 hectáreas.

A ellos, se sumarán 25.000 castaños injertados con variedades autóctonas en otros 75 espacios de 55 hectáreas para garantizar el alimento de los plantígrados en los próximos años entre León y Asturias. Se hará en el marco del llamado Life Osos con Futuro (2020-2025), que coordina la Fundación Oso Pardo (FOP), colaboración con la Fundación Biodiversidad y la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, y con el apoyo del Gobierno del Principado de Asturias y la Fundación Tierra Pura.

Presupuesto

Este proyecto se enmarca dentro del Life Osos con Futuro que cuenta con un presupuesto de 2,6 millones

Actualmente, los osos cantábricos dependen principalmente de frutos secos (hayucos, bellotas y castañas) durante el otoño e invierno. Pero mientras las hayas y los robles son veceros, es decir, que unos años pueden dar muchos frutos y al siguiente ninguno, el castaño mantiene su producción constante. Por eso, el castaño ofrece gran valor en un escenario en que la población de osos crece, y hay más osos activos durante el invierno a consecuencia del calentamiento global.

Según Fernando Ballesteros, coordinador de este proyecto de la FOP en León, donde se actuará principalmente en el Alto Sil y Ancares, el proyecto se ha basado hasta ahora en realizar acciones preparativas para precisar las distintas intervenciones a llevar a cabo por parte de los equipos de investigación. «El objetivo ha sido el de definir los criterios y las áreas desarrollar estas plantaciones, teniendo en cuenta las previsiones del cambio climático». En este sentido explica que se han fijado en el castaño, precisamente por su resistencia a los efectos del cambio climático, es decir, a los cambios de temperatura que se prevén en un futuro no muy lejano. «Es una especie muy interesante en el ciclo de la vida del oso pardo», asegura Ballesteros, ya que «es más vecederos y más estable, por ejemplo que el roble, por lo que garantiza una mayor producción». Una vez escogida esta especie arbórea, se han estudiado grandes áreas con presencia de osos tanto en León como en Asturias. También se han estudiado las distintas variedades de castaños y recogido muestras de árboles concretos para dar con la planta más adecuada en cada territorio. «De todos modos hay que tener en cuenta que todas las plantaciones están reguladas por la administración para evitar la introducción en el medio de especies alóctonas», explica el coordinador, por lo que la labor de investigación para buscar las variedades concreta de cada territorio ha sido muy minucioso. «Hemos localizado variedades propias de cada zona que ya se están cultivando en los viveros, en el caso de León, donde hay mucha más cultura del castaño, ya trabajan desde hace años en estas variedades», concreta. Tampoco se descarta mezclar variedades para favorecer la polarización.

Otra parte del proyecto consiste en hablar con las juntas vecinales y los ayuntamientos para identificar las zonas más adecuadas para las plantaciones, con el objetivo de comenzar los trabajos en primavera.

Dentro de este programa también se contempla la recuperación de soutos, grandes bosques de castaños que pudieran estar degradados, por parte de la Fundación Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León.

Este nuevo proyecto Life está dotado con un presupuesto de casi 2,6 millones, para llevar a cabo acciones en las dos subpoblaciones de oso de la cordillera Cantábrica, en ocho zonas de la Red Natural 2000 de Asturias, León y Palencia.

En el área de la subpoblación cantábrica occidental se desarrollará en los espacios asturianos de Peña Ubiña, Caldoveiro, Montovo-La Mesa, Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias y Somiedo, y en los leoneses de Alto Sil y sierra de los Ancares, mientras que las actuaciones en la subpoblación oriental se ejecutarán en la montaña de Palencia.