Gestión del agua
El riego que depende de Villameca y del Luna puede sufrir restricciones del 50%
Las zonas de Riaño y Porma podrían tener limitaciones mínimas por el buen nivel de reservas
Las últimas precipitaciones han sido recibidas con gran alegría por los agricultores leoneses, que desde hace meses contemplan con preocupación cómo el potente anticiclón invernal instalado sobre la península ibérica, actúa como una auténtica muralla que hace que las borrascas cargadas de agua y que normalmente descargarían fuertes precipitaciones en nuestro país, terminen desviándose hacia latitudes más altas.
Sin embargo, si el ritmo de precipitaciones en forma de lluvia y nieve no se intensifica, lo que hasta ahora era un temor entre los agricultores leoneses, se convertirá en una preocupante realidad, que no es otra que la reducción por parte de la CHD de las dotaciones destinadas al riego de sus explotaciones.
Estas restricciones, aún por fijar, vendrán determinadas por los embalses de los que dependan cada zona de riego ya que si bien, aquellas que tomen el agua de los pantanos de Riaño y del Porma podrían tener unas mínimas limitaciones debido a que sus niveles son similares a los de otros años, las zonas de riego que dependen de Barrios de Luna y Villameca podrían verse afectadas por importantes restricciones que podrían ir desde un 30% hasta casi el 50% de agua menos en relación al año pasado.
La situación de sequía que experimentamos ya no solo en León, si no en toda España, Marruecos, grandes zonas de África y Sudamérica no es nueva y los agricultores desde su experiencia saben que cada cuatro o cinco años de precipitaciones, se intercala un año de sequía más o menos intensa.
Efectivamente, tenemos que remontarnos a 2017 para recordar un embalse de Luna reducido a un riachuelo donde muchos leoneses acudían a ver con sus propios ojos como emergían pueblos anegados por las aguas y a recorrer el lecho del embalse como si transitasen por un paisaje más propio de la superficie de Marte.
Mas hacia el pasado, nos tendríamos que remontar hasta 2012 para asistir a niveles similares a los actuales en las reservas hídricas en España, y es que parece que ese patrón de «cuatro años buenos y uno malo» al que aluden los agricultores, puede volver a repetirse.
Detrás de las causas se encuentran varias hipótesis que tienen que ver en mayor o menor medida con el cambio climático, sin embargo, una hipótesis que cada vez está ganando más fuerza es el fenómeno denominado como ‘La Niña’, provocado por un enfriamiento del Pacífico ecuatorial y que parece coincidir con estos episodios de sequías y otros comportamientos anómalos en distintas partes del mundo.
Si efectivamente esta falta de lluvias tuviera ese origen, este escenario preocupante se podría extender hasta mayo, ya que distintos modelos apuntan a que ‘La Niña’ continuaría hasta finales de la primavera con un 77% de probabilidad.