Sabero protesta por el cierre de Unicaja: «Ya no podemos perder más servicios»
Recuerdan a la entidad que «durante años han vivido de sus ahorros mineros, y ahora se va»
Los vecinos del Valle de Sabero, apoyados por los de los municipios cercanos, mostraron ayer su disconformidad y malestar por el cierre de la única oficina bancaria de Unicaja Banco en el municipio. A la concentración, convocada por el Ayuntamiento, asistieron cerca de ciento cincuenta personas de todo el Valle, vecinos de La Ercina y Cistierna. En la concentración, de pocos minutos, estuvo presente la presidenta de las Amas de Casa de Sabero, Amparo Rodríguez, quien leyó un manifiesto. «Los vecinos del Valle pedimos a Unicaja que se mantenga abierta su oficina en el municipio, ya que las Cajas de Ahorro, ahora Unicaja, nacieron con un fin social y la oficina que ahora se cierra vivió durante muchos años del trabajo y los ahorros de los vecinos de la Cuenca Minera», decía en su escrito, en el que insistía en que «las zonas rurales necesitan que no se cierren más servicios y los bancos deben colaborar en ello». La presidenta dijo que esperan que «así sea por lo que pedimos la implicación de todas las administraciones».
En la protesta estuvieron presentes el alcalde y varios concejales del Ayuntamiento de Sabero, el acalde de la Ercina, y miembros de la Asociación Cistierna Activa, que apoyaron a los vecinos de Sabero.
Los vecinos quisieron dejar patente el malestar por el cierre y manifestaron que la entidad bancaria les había tratado muy mal, ahora que se viven horas bajas en las zonas rurales. No fue así, señaló un grupo, «cuando la cuenca minera estaba en su esplendor y se llevaron millones de euros de la zona», manifestaron, al tiempo que pidieron un «mejor trato personal y la atención presencial en la oficina». en este sentido denunciaron el trastorno que supone para los vecinos del valle tener que desplazarse a otras localidades para hacer sus trámites bancarios o para sacar efectivo. «Juegan con nuestro dinero y no piensan en la incomodidad de trasladarse a Cistierna, entre siete y doce kilómetros, sin contar con medios de transportes públicos, dependiendo de familiares o amigos, señalaban otro grupo de mujeres».
El alcalde de Sabero, Francisco García Álvarez, ya hizo público su malestar e indignación por esta medida que llegó, dice, sin previo aviso de los responsables de la entidad, destacando que «se trata de una oficina con un elevado número de cartillas y depósitos bancarios durante decenas de años». El regidor confiesa que «todos nos sentimos defraudados y abandonados».