Polvorín ambiental
El Ayuntamiento de Villablino permite un vertedero de residuos tóxicos en el lavadero de carbón
El administrador concursal de la antigua MSP es el propietario de los terrenos que, en la encrucijada de dos rutas verdes, almacenan materiales peligrosos sin protección y con riesgo de derrumbe sobre los vecinos de Villablino
Cuatro años después de que se iniciara el desmantelamiento del lavadero de la MSP en Villablino , el espacio que lo ocupa se ha convertido en un polvorín en el que el carbón y otros materiales tóxicos se levantan como una ruina que cada día pone en peligro la seguridad de los vecinos. El Ayuntamiento es el responsable de la seguridad de las instalaciones del municipio y, no obstante, permite que el administrador concursal mantenga la parcela sin limpiar ni acotar. El terreno se encuentra a pocos metros del río Sil y es zona de paso obligada entre dos rutas verdes: una hacia Caboalles y otra que desemboca en Villaseca. Peatones y ciclistas atraviesan la zona de manera continua con el consiguiente peligro que implica para su seguridad. Además, las sustancias tóxicas abandonadas en este lugar se almacenan bajo el castro de La Muela y en un espacio que alberga numerosas especies de fauna protegida. No hay que olvidar que Villablino es espacio de la Red Natura 2000, espacio Natural Alto Sil y reserva de la Biosfera.
De hecho, en octubre de 2017, el Ayuntamiento paralizó las obras de demolición de los inmuebles del lavadero. El propio alcalde lo justificaba en el hecho de que la empresa adjudicataria no había presentado licencia alguna para llevar a cabo la citada actividad. Un año más tarde, la sociedad ponía en marcha las labores de demolición tras la presentación de un proyecto de achatarramiento y aprovechamiento del metal y hierro de las instalaciones.
En 2019, uno de los concejales de la Corporación solicitaba datos acerca de la ejecución de las actuaciones urbanísticas de desmantelamiento en las instalaciones de Coto Minero Cantábrico desde el comienzo de su liquidación. En la reivindicación, solicitaba los permisos con que las obras se ejecutaban, la fecha de solicitud de los mismos, la de concesión, los proyectos con los que contaban, las tasas municipales e impuestos así como la fecha de abono de las mismas, las acciones de inspección o sancionadoras que se hubieran podido llevar a cabo por parte del Ayuntamiento en las distintas instalaciones industriales y mineras existentes en el municipio, etc.
Entre ellas, el concejal reclamaba datos acerca del lavadero de Carbón de Villablino, Grupo Minero Carrasconte, Braña de San Miguel, Estación de Ferrocarril de Villablino, Nave de Talleres, instalaciones de Las Rozas y la acumulación de grandes cantidades de carbón en alguna de ellas, en especial, el Lavadero de Carbón de Villablino. Todo ello sin éxito. Y es que, a día de hoy, el Ayuntamiento continúa sin proporcionar la información requerida, a pesar de que el Comisionado de la Transparencia ya se lo ha requerido en dos ocasiones y sus dictámines son vinculantes. El alcalde, Mario Rivas, asegura que, tres años después, el Ayuntamiento tramita dicha documentación, si bien no es capaz de aclarar cuándo le llegará al concejal.
Es precisamente por entonces cuando el administrador concursal, propietario del terreno en el que se acumulan todos los materiales peligrosos, comienza las subastas de las fincas procedentes de CMC, algunas de las cuales pertenecen hoy a Mario Rivas y son objeto de polémica.
El administrador concursal ha preferido no contestar las preguntas de Diario de León acerca de si tiene al día los permisos y licencias urbanísticas o si el Ayuntamiento se las ha requerido. No obstante, en fechas anteriores, quiso manifestar que en las subasta de las fincas no se había dado trato de favor a ningún cargo público, incluido el alcalde. «Se puso a la venta públicamente y aquellas que recibieron ofertas se adjudicaron. Nunca hemos mirado la condición personal del comprador ni nada por el estilo», aseguraba. Asimismo, explicó que no podía decir «si las había comprado el alcalde directamente o las había adquirido a alguien vinculado con él y las había vendido, o alguien que no estuviera vinculado con él pero que quisiera hacer negocio comprando la primera y vendiéndosela después al alcalde».
El plan de turismo activo
José Luis Vega, uno de los miembros de Leitariegos Existe, la plataforma que puso en marcha el plan de turismo activo para el lavadero de Villablino, lamenta que esta iniciativa fuera olvidada por el Ayuntamiento. Destaca que una empresa de Madrid les ayudó a poner en marcha un proyecto utilizando lo que todavía estaba en pie del lavadero. «El alcalde, Mario Rivas, nos consiguió una reunión con el consejero de Medio Ambiente y Fomento en la que se quedó en que el proyecto saldría adelante con la ayuda de la Junta», destaca. Explica que el plan pasaba por llegar a un acuerdo con el administrador concursal para la cesión de los terrenos. «Nosotros le hacíamos un favor porque ellos pagaron a una empresa para que les desmantelaran todo eso». Sin embargo, añade que a los nueve meses, «un amigo del alcalde, un tal Arias que trabaja en el polideportivo y con antecedentes» presentó un plan para crear en esos terrenos un hotel y el primer aquapark cubierto de España.