Santa Colomba recurre que Prada de la Sierra sea reconocido como pueblo
El Ayuntamiento alega que la localidad no cumple los requisitos de núcleo de población
El pueblo de Prada de la Sierra pasará al menos otro año en el «limbo» de la inexistencia oficial en la que lleva desde 1992, tras recurrir ante el TSJCyL el municipio en el que se enclava, Santa Colomba de Somoza, la sentencia del juzgado de lo contencioso-administrativo número 2 de León que obligaba a su reconocimiento.
La sentencia ahora recurrida incluía que dicho pueblo se diera de alta en el Instituto Nacional de Estadística (INE) e hizo «renacer» tras 30 años de litigios a esta localidad, ubicada a lado de la Cruz de Ferro y en la que residen una decena de vecinos.
El Ayuntamiento de Santa Colomba basa su recurso en que Prada de la Sierra no cumple los requisitos para ser un núcleo de población e insiste en que sus habitantes se tienen que ir a vivir a otros pueblos del municipio. El alcalde, José Miguel Nieto, espera a que sea la justicia la que se pronuncie sobre la situación, según afirmó ayer.
No obstante, vecinos de la localidad consultados por Efe insisten en que, como la localidad constituye un conjunto de al menos diez edificaciones, que están formando calles, plazas y otras vías urbanas, la sentencia establece que se trata de un núcleo de población y no un diseminado.
Sobre la habitabilidad del lugar, el juzgado ha resuelto que «no tiene relevancia a estos efectos sí las casas habitadas cumplen o no con los requisitos urbanísticos para recibir una licencia, o sí urbanísticamente las vías tienen el carácter de vías o son caminos rurales. Lo importante es la realidad física del lugar».
Los vecinos habían exigido al Ayuntamiento asumiera la sentencia y les permitiera vivir sin trabas en una localidad que merece la pena visitar accediendo por una pista desde la Cruz de Ferro. Han advertido de que este recurso dilatará al menos un año la decisión final sobre si este pueblo «existe o no existe a nivel legal».
Todo ello, precisan, impedirá que el correo postal llegue a la localidad y sus habitantes sigan sin aparecer como tales en el padrón y en el censo electoral para las próximas elecciones de mayo de 2023, una situación que tildan de «kafkiana».
Los afectados reconocen que este recurso es un «jarro de agua fría» pero señalan que no se van a rendir tras llevar pleiteando más de 20 años para poder ser empadronados.