El Teleno no quiere proyectiles
Más de cien vecinos se concentran ante la Subdelegación de Defensa para reclamar una convivencia digna y sostenible con el campo de tiro, después del gran incendio que ha arrasado más de 3.600 hectáreas en el entorno
La reivindicación de los pueblos del Teleno se dejó sentir ayer en las puertas de la Subdelegación de Defensa en León, para pedir una gestión sostenible del campo de tiro que en las últimas semanas ha sufrido un incendio que ha quemado más de 3.600 hectáreas. Más de cincuenta colectivos, juntas vecinales y ayuntamientos de la zona se reunieron en una reivindicación histórica para pedir una convivencia digna con unas instalaciones militares que condicionan las vidas de los pueblos y el desarrollo económico del entorno.
Entre las pancartas con lemas como ‘Más ovejas y menos proyectiles’, se escucharon los cánticos de ‘Teleno sin proyectiles’, como el eco de las reclamaciones que luego se escucharon en el manifiesto consensuado por primera vez entre todas las juntas vecinales afectadas por el campo de tiro.
Las familias, con muchos niños, todos ellos con la cara tiznada con el negro de las cenizas del incendio, representaron a los habitantes de los pueblos «que conviven con un vertedero de munición militar sin detonar», una evidencia que han visto ratificada en las últimas semanas durante el incendio por »las explosiones que hemos escuchado estos días mientras las llamas recorrían imparables».
La zona de caída de proyectiles que se exitende a lo largo de 4.103,50 hectáreas en los términos municipales de Luyego de Somoza y Lucillo, como aseveró ayer la portavoz de la plataforma, Marisa Rodríguez, encargada de leer el manifiesto ante Defensa, en medio de un silencio sostenido por la indignación de todos los que acudieron a la capital a dejar sentado que ya no piensan parar para ser escuchados por las autoridades, incluida la Junta, a la que pidieron que actuara en el marco de sus competencias para la protección del medio ambiente.
En la protesta también estuvieron presentes miembros de la Brif de Tabuyo, bomberos forestales que tuvieron que contener el fuego en un escenario muy distinto al que suelen enfrentarse. «Si no estuviera en una zona de caída de proyectiles hubieran sido 30 hectáreas las quemadas, en lugar de 4.000». como manifestó Juan Carlos González.
En el manifiesto, los vecinos alzaron sus voces «en contra de las nefastas consecuencias que, desde la década de 1950, generan los ejercicios militares con fuego real en nuestras comarcas enclavadas en la sierra del Teleno».
«Lanzamos nuestros aullidos, como los lobos que habitan este territorio, porque nos duele profundamente que el monte del que nos llega la vida a través del oxígeno y el agua de sus manantiales, y que alberga tanta riqueza natural y cultural del entramado de canales, castros y explotaciones a cielo abierto del mayor conjunto mundial de minería aurífera romana, junto con el Patrimonio de la Humanidad de Las Médulas, arda de manera recurrente sin que los dispositivos de extinción de incendios puedan acceder al campo de tiro por el peligro que entraña para las brigadas de tierra internarse en esta parte del monte herido por las cargas explosivas de la Artillería».
Recordaron que son siete incendios los que han afectado la zona desde la década de 1980, «de los cuales siete (1982, 1994, 1997, 1998, 2005, 2021 y 2022) han acabado siendo Grandes Incendios Forestales (GIF) con miles de hectáreas quemadas, que traspasan los cortafuegos perimetrales del campo de maniobras y calcinan y contaminan nuestro modo de vida: nuestros pastos, nuestros aprovechamientos de leña, nuestros abastecimientos de agua, nuestras colmenas o nuestros pinos resinados y resinables».
En sus reclamaciones a Defensa, que cese las prácticas con fuego real; limpie y descontamine de proyectiles y munición el área militar; e inicie una profunda reflexión sobre cómo convertirse en un aliado de nuestro desarrollo sostenible para la repoblación de nuestras comarcas y deje de ser el principal obstáculo para nuestro futuro». A la Junta que «vigile y controle la gestión medioambiental del campo de tiro y haga cumplir al Ministerio de Defensa la normativa europea, española y autonómica en materia de Medio Ambiente».