Maranieta, la vaca de Amancio
Cecinas Nieto incorpora a sus instalaciones en Pradorrey una escultura del artista leonés
Cecinas Nieto estrena escultura en sus instalaciones: se trata de una obra realizada por el artista leonés Amancio González . La escultura, de nombre Maranieta, es una vaca de tres metros de altura que contempla el horizonte y que ha sido realizada con varillas de acero corrugado. La inspiración ha sido una foto de una vaca leonesa de mediados del siglo pasado, fotografía que se extrajo de los archivos del Ministerio de Agricultura.
Así lo ha hecho recientemente, la firma leonesa Cecinas Nieto, empresa afincada en Pradorrey, y especializada en la Cecina de León IGP El Abuelo Maragato; que ha encargado, al artista Amancio González, una escultura para sus instalaciones.
La obra en cuestión es una vaca de tres metros de altura y más de 700 kgs de peso, realizada en varillas de acero corrugado. “Se trata de la varilla que se usa en el hormigón armado, acero corrugado. Me gusta usar este material que nació para ser encerrado en el hormigón. Utilizándolo le doy la importancia expresiva que se merece”, explica González. La vaca está realizada con 8.100 varillas.
“Pensé que la utilización del animal en la escultura, llegaría a más personas, al mismo tiempo que trasladaba al espectador la información de que, la cecina es un producto natural que procede de la vaca”. La vaca es el motivo central, dentro de una composición escultórica, que intenta focalizar la mirada del espectador. Se mantiene ingrávida y en una actitud contemplativa del horizonte. “Quiero transmitir que el animal es la base del producto que ofrece Cecinas Nieto y que la empresa utiliza animales criados en espacios naturales”, detalla González.
“Queríamos una escultura para la nueva planta, porque tras inaugurarla en 2019, nos dimos cuenta de que faltaba algo”, explican los responsables de la empresa. “Tenemos un espacio exterior muy grande y como grandes admiradores de la trayectoria de Amancio, empezamos a hablar con él para que nos guiara”, siguen explicando.
“Nos encantó su idea de crear una escultura de la vaca, para plasmar el origen de un alimento autóctono de nuestra tierra como es la Cecina de León. Creemos firmemente que, contemplar una obra de arte relacionada con el alimento que elaboramos, y en el entorno en el que estamos, es la mejor experiencia que puede tener el espectador; un lujo al alcance de cualquiera”, afirma Conchi Nieto, responsable de exportación de la firma.
La escultura, por cierto, ya tiene nombre: Maranieta. “Fue el que más nos gustó tras un concurso lanzado a través de nuestra cuenta de Instagram”, cuenta Nieto.
El proceso creativo, hasta llegar a la escultura final, fue el siguiente, explicado por el propio autor: “Me inspiré en una foto de una vaca leonesa de mediados del siglo pasado que encontré en el archivo del Ministerio de Agricultura, me encantó”.
A continuación Amancio, dibujó la silueta de la vaca en el suelo con una tiza y comienzo a soldar trozos de metal. “Después la tengo que elevar con un polipasto y así hasta el final”, expresa Amancio. “Se trata de un proceso laborioso en el que vamos consiguiendo resultados de dentro a fuera; al contrario que los procesos escultóricos tradicionales”, explica el artista.
Peguntado el artista, por si hay hoy en día, un mayor compromiso de las iniciativas privadas, empresariales en este caso, con el arte, Amancio González contesta “Sí. Cada vez veo mayor compromiso de las empresas privadas con la escultura. Eso es bueno y puede ser un elemento decisivo en el estímulo para jóvenes artistas; además de revitalizador para el escultor.
En mi experiencia profesional sí que observo este gesto de valentía de algunas empresas, aunque aún, es demasiado lento”, afirma.
Amancio González es autor de otras obras muy reconocidas en León, como su representación de la leyenda de San Jorge y el dragón, que realizó en reconocimiento al trabajo de los sanitarios durante la pandemia de la Covid-19; o la que realizó para el mediático Jesús Calleja.
El artista se inició, en el mundo del arte muy joven, dando golpes a un tronco de peral con una azuela. Lleva dedicándose profesionalmente a la escultura desde 2.000.
Aparte del valor patrimonial intrínseco, una obra de arte puede convertirse en icono o símbolo, y es lo que, desde la dirección de la empresa pretenden “deseamos que nuestra escultura sea: un símbolo visual de la excelente materia prima que está detrás de cualquiera de los alimentos de Cecinas Nieto”.