El embalse del Luna vive el cuarto peor cierre de año hidrológico de los últimos 30
Apenas llega al 9% de su capacidad, mientras Riaño y Porma se enfrentan en mejor situación a un escenario incierto
El embalse de Barrios de Luna está ante el cuarto peor cierre del año hidrológico de los últimos 30 años, con sólo cuatro septiembres —en 2002, 2006, 2012, 2017— con peores registros que el actual en la serie histórica que contabiliza desde 1995 el nivel de las reservas de agua en los pantanos. La situación es mejor en los embalses de Riaño y Porma únicamente porque el año hidrológico 2020/2021 fue excepcional y permitió un ahorro significativo de agua que ha facilitado una campaña más desahogada de riego. De hecho, tal y como han recordado las comunidades de regantes del Sistema Esla-Porma, hasta han podido preservar 59 hm3 de la dotación asignada de cara a un escenario plagado de incertidumbres. En cambio, el panorama sigue siendo dramático en Villameca cuyos regantes se enfrentan todos los años a fuertes restricciones mientras claman por la puesta en funcionamiento del embalse de Villagatón, cuyas obras concluyeron hace treinta años.
El balance final deja a los pantanos leoneses del Duero al 24,9 por ciento de su capacidad, 13 puntos por debajo del año pasado y con 8 puntos menos que la media registrada de los diez últimos años. Así, el último informe de sequía emitido por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) la situación es de sequía prolongada y se dan las condiciones de sequía extraordinaria en situación de emergencia en el sistema Órbigo, aunque en este último caso solo se ha declarado en el subsistema Tuerto. En sequía prolongada también está el sistema Esla con situación de sequía extraordinaria en las Unidades Territoriales de Escasez (UTE) Torío y Bernesga, que están en alerta, mientras que el resto del sistema Esla se encuentra en prealerta.
La situación refleja claramente la poca capacidad que existe ne el noroeste de la cuenca para aportar agua para el cumplimiento del Convenio de Albufeira, que ahora será revisado de cara al nuevo escenario de escasez hídrica. De hecho, el nuevo Plan Hidrológico del Duero (2022-2027), que aún no se ha sido aprobado en Real Decreto, recoge los cálculos de restricciones del organismo regulador, que pasan por reducir un 15 por ciento el agua para riego en el sistema Órbigo, que pasará de 407,6 hm3 a 345,38 hm3 y un 7 por ciento en el caso del sistema Esla, que perderá 50,25 hm3.