Las lluvias favorecen un cambio de tendencia en los sistemas leoneses

La Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) aprobó ayer la propuesta de llenado de los embalses para el año hidrológico 2022-2023 que comenzó «con los valores de reservas más bajos de los últimos cinco años» debido al déficit de aportaciones pero ha registrado un cambio de tendencia en las últimas semanas en los sistemas Órbigo, Esla y Porma debido a las precipitaciones registradas.

Es la quinta Comisión de Desembalse en lo que va de año «para responder a la excepcionalidad de la sequía», destaca CHD en un comunicado en el que añade que especialmente en los sistemas Águeda y Tormes, los cauces han experimentado un «gran crecimiento» y los embalses han conseguido incrementar su volumen de reservas «de forma importante».

Sin embargo, según el organismo regulador, en la zona oriental de la cuenca, donde las precipitaciones no han llegado con la misma abundancia, las cabeceras de los ríos siguen en una situación de «escasez acuciante» por lo que serán necesarias «importantes precipitaciones» para iniciar una senda constante de crecimiento de las reservas durante el resto del otoño y el invierno.

«Es evidente que el cambio climático está alterando los patrones habituales de comportamiento y por eso, más que nunca, dependemos totalmente de la climatología de los próximos meses», advierte la CHD que recuerda que la permanencia de las precipitaciones en otoño e invierno, junto a la nieve, a la que se refiere como «la mejor reserva de agua de la que se pueda disponer», definirán el desarrollo de la campaña de riego de 2023.

En estos momentos los embalses gestionados por la CHD almacenan un total de 1.010,6 hectómetros cúbicos, lo que representa el 35,2 por ciento de su capacidad total, cuatro puntos porcentuales menos respecto al año anterior y ocho por debajo de la media de la década.

Y en el transcurso de la Comisión de este martes se recabó también el seguimiento de los caudales mínimos de mantenimiento de cauces y de caudales ecológicos del año hidrológico finalizado.

También analizaron el desarrollo del año hidrológico 2021/2022 que, según recuerda el órgano de cuenca, estuvo marcado por una reducción de aportaciones que ha supuesto unas entradas a los embalses «muy inferiores a lo habitual» cifradas en un 39 por ciento menos sobre la media de los últimos 25 años a nivel global. Por sistemas, el Agueda registró el menor valor, con un 79 por ciento menos; seguido del Tuerto, con un 62 por ciento menos, si bien todos los sistemas se situaron por debajo de los valores habituales.

Según recuerda la CHD, el desarrollo de la campaña de riego ha estado marcado por unas circunstancias climatológicas extremas con largos períodos de temperatura récord y sin precipitaciones (las aportaciones han sido un 56 por ciento inferiores en esos meses).

«A pesar de esto y de la complicada situación, en la mayoría de los sistemas se ha podido disponer de garantía de recurso», aseveran desde el organismo ministerial.

La Comisión de Desembalse es la encargada de señalar para cada ejercicio hídrico el régimen de llenado y vaciado de los embalses en función de los distintos usos demandados y está constituida por representantes de la Confederación, representantes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, representante de Red Eléctrica Española, S.A. y representantes de los usuarios afectados, designados por la Asamblea de Usuarios.