Sale a licitación la rehabilitación de la antigua casa consistorial de Valderas

El Ayuntamiento de Valderas saca a licitación por 299.692 euros la rehabilitación de la antigua casa consistorial para convertirla en Museo del Bolillo . El anuncio fue publicado el pasado 29 de noviembre en la Plataforma de Contratación del Sector Público y las empresas interesadas en la ejecución de la obra tienen hasta el 30 de diciembre para presentar ofertas. El plazo de ejecución será de seis meses. Las obras están subvencionadas por la Diputación de León.

La antigua casa consistorial está ubicada en la de Santa Marta, también conocida como plaza de Los Paños o plaza Mayor. Se trata de un edificio de dos plantas que data de principios del siglo XVIII (1710). 

Según ha explicado el alcalde de Valderas, Agustín Lobato, en varias ocasiones, «en el pueblo hay una gran tradición en el encaje de bolillos y una asociación se dedica a hacer y a enseñar. Ya en su día se les iba a ceder un espacio. Hemos pensado que la antigua casa consistorial, una vez rehabilitada será un buen sitio». El regidor, además, aseguró que en la planta baja se dedicará a una sala de exposiciones y la alta como sede de asociaciones.

La obra ya superó en su día en visto bueno de la Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León que autorizó el proyecto el 22 de febrero de este año 2022. La intervención principalmente consistirá en la «demolición interior de las plantas primera y bajo cubierta. Los nuevos forjados estarán compuestos de vigas de madera laminada y tablero machihembrado», afirmaba la Junta en su momento.

Según se explica en la memoria del proyecto, encargado por el Ayuntamiento y redactado por los arquitectos Julio Carbajo Carbajo y Luis López Sánchez, el edificio está ubicado dentro de Casco Antiguo haciendo esquina con fachadas y accesos a la plaza Santa Marta (también conocida como plaza de Santa María del Azogue, plaza Mayor o incluso plaza de los Paños).

El inmueble tiene una forma ligeramente trapezoidal y consta de dos plantas y cubierta, con una dimensiones de 107,40 metros cuadrados en cada una.

La fachada es de piedra caliza en la planta baja y de ladrillo en la primera. La cubierta general es de teja cerámica curva, a excepción de las dos torretas que van de pizarra. Un gran escudo de la villa preside la fachada.

Del año 1701

El edificio es de estilo herreriano y en parte baja una inscripción lo fecha en 1701.  El último destino del local fue el de oficina de Correos. Por su parte, la planta primera se destinó a vivienda y cuenta con diversas dependencias, incluidas cocina y baño.

Por su parte, la planta bajocubierta no es utilizable dada su reducida altura y dificultad de acceso. Sobre el alero se sitúan dos torres meramente ornamentales.

El edificio está inspirado en las construcciones de la época, de transición entre los gustos renacentistas de la última etapa (finales del siglo XVI) y los aires barrocos que pervivieron hasta finales del siglo XVIII. La fachada principal busca responder al carácter de edificio de representación ante la plaza pública.

Con el paso de los años tuvo distintos usos y épocas en las que estuvo prácticamente abandonado. Desde 2009 está en desuso, lo que aceleró su deterioro, obligando en el año 2017 a una intervención de urgencia por parte de la Junta de Castilla y León, que afectó a la estructura, la cubierta, los muros y el escudo.

En la actualidad el estado del edificio, según señalan los arquitectos, no presenta daños relevantes en la cimentación. En cambio, en las fachadas si se detectan daños notables de erosión, desgaste y desprendimientos, especialmente en la parte baja. Igual sucede con los elementos ornamentales con deterioros importantes con desprendimientos. En cuanto a la estructura, será necesaria la consolidación de pilares y vigas. El blasón debe restaurarse y el interior rehabilitarse para su uso público.

Una vez hecho este diagnóstico, el Ayuntamiento acometerá su rehabilitación total para crear el Museo del Bolillo, que cuenta con importante presencia en la localidad y la existencia de una asociación que a lo largo del año realiza labores de artesanía y trabajos, y forma en este arte a pequeños y mayores.

La intervención consistirá en la eliminación de todas las particiones interiores dejando un espacio diáfano tanto en la planta baja como en la planta primera, que permita un uso polivalente, adecuado para el museo y sala de exposiciones. El acceso al museo se realizará desde la puerta sur de la fachada de la plaza Santa Marta, entrando directamente al espacio de exposición situando en el fondo la escalera de acceso a la planta superior, un ascensor y un almacén.

La sala de exposiciones consistirá en un espacio cuadrado con el cerramiento frontal con listones de madera de cedro que impidan la visión directa de la escalera y las dependencias anejas.

La planta primera replica la misma configuración, permitiendo el acceso al balcón.

En el techo de la sala de exposiciones se abrirán dos huecos bajo los torreones que permitirán su contemplación desde la planta primera. También se colocarán dos escaleras metálicas verticales que faciliten el acceso para el mantenimiento de los mencionados torreones.

De manera muy resumida, en el exterior se realizará una cámara bufa para evitar humedades en los muros. Se repararán y repondrán las piezas de cantería dañadas. Se repararán las cerrajerías de forja de los balcones y rejas. Su sustituirán las carpinterías exteriores por unas de madera y se colocará un ‘tótem’ explicativo del museo.

En el interior, se demolerán todas las divisiones y la estructura, dejando únicamente la cubierta. En los techos de dejará la madera vista. Se colocarán los suelos, las instalaciones de electricidad, fontanería, telecomunicaciones...

Nunca se usó como ayuntamiento

El edificio nunca llegó a cumplir la función de casa consistorial, a pesar de que haya pasado a la historia con esta denominación. En la época barroca se destinaba a lugar para la contemplación de los espectáculos que se realizaban en la plaza y estaba reservado al señor de la villa o a los regidores. Por lo tanto, las dos plantas eran prácticamente diáfanas y con una escalera situada ubicada prácticamente en el mismo lugar que en la actualidad.

El inmueble estuvo abandonado durante el siglo XIX. Ya en el siglo XX, hasta 1972, fue usado como oficina de telégrafos. Después se usó como Juzgado de Paz y oficina de Correos hasta 2009. Desde entonces ha permanecido en desuso, lo que ha provocado su deterioro. En 2017 se realizó una intervención de urgencia por parte de la Junta de Castilla y León.