Una demanda de la sociedad para un sistema alimentario «justo»
El Ministerio de Agricultura justifica la aprobación de esta norma en que «la sociedad actual demanda de las administraciones públicas la aplicación de una política que permita disminuir el impacto ambiental de la aplicación en los suelos agrarios de productos fertilizantes».
En este contexto, también se refiere a la Estrategia «De la granja a la mesa» que tiene por finalidad «diseñar un sistema alimentario justo, saludable y respetuoso con el medio ambiente».
El nuevo Real Decreto recoge unas buenas prácticas agrícolas mínimas, comunes al territorio nacional, para aplicar los nutrientes a los suelos agrarios con independencia de su origen, aunque las comunidades autónomas pueden establecer normas adicionales o más restrictivas siempre que lo consideren necesario para mejorar la consecución de los objetivos de la normativa y, en particular, para evitar la contaminación de las aguas por nitratos provenientes del sector agrario.
La normativa también se refiere al agua de riego, ya que siembre disponga de información sobre la calidad del agua de riego, facilitada por el organismo de cuenca o la comunidad de regantes incorporará los datos del contenido de nitrógeno y fósforo para calcular las cantidades de estos nutrientes que debe aportar a los cultivos.
Entre las buenas prácticas, figura que la dosis y frecuencia de riego se ajustarán a las necesidades del cultivo y se acomodarán a la capacidad de retención de humedad del suelo para evitar la pérdida de nutrientes por lixiviación, tomando como referencia las recomendaciones de los servicios de asesoramiento al regante de la comunidad autónoma o el Servicio Integral de Asesoramiento al Regante (SIAR) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el caso de encontrarse en las comunidades autónomas en las que funciona cualquiera de ellos.