La Spanish Wine Academy premia a Sara González, joven vitivinicultora de la DO León

Sara González, de tan sólo 24 años, ha sido distinguida con uno de los Premios Juli Soler al Talento y Futuro del Vino en el transcurso de la gala The Wine Edition, organizada por la Spanish Wine Academy y celebrada en Madrid Fusión, la gran cita gastronómica que un año más acogió a lo largo de esta semana, en una actividad de nuevo multitudinaria, el Instituto Ferial de Madrid (Ifema), en la capital española. Los prestigiosos galardones Juli Soler ponen en valor el potencial creativo de un grupo de jóvenes que, desde el ejercicio de su labor en diferentes áreas de la actividad vitivinícola (productores, enólogos, sumilleres, elaboradores, etcétera), destacan por su gran profesionalidad.Sara González (Valencia de Don Juan, 1998) se formó en la especialidad de viticultura en el CIFP San Rafael de la Santa Espina (Castromonte, Valladolid) y, pese a su juventud, ha adquirido ya una sólida experiencia profesional trabajando en El Bierzo junto al prestigioso enólogo Raúl Pérez Pereira antes de asumir responsabilidades técnicas en la bodega familiar Margón (Pajares de los Oteros), ads- crita a la Denominación de Origen León. Hace más de tres años elaboró, ya en el marco de su proyecto personal, el primer Jagatas, un tinto con veinticuatro meses de añejamiento en barrica, para ampliar posteriormente la gama con el Tremor tinto de diez meses de crianza y, ya con la vendimia de 2022, con un segundo Jagatas rosado. Fascinada y enormemente concienciada en relación con la conservación, las aptitudes enológicas de las variedades autóctonas Albarín y Prieto Picudo y sobre el viñedo viejo, adquirió la propiedad de pequeñas viñas de cepas centenarias salvadas de la concentración parcelaria y el descepe en distintos parajes de Los Oteros para vinificar con esa uva muy pequeñas partidas en ediciones limitadas de vinos que destacan por su personalidad y extraordinaria calidad.En su intervención tras recibir el diploma acreditativo, Sara González hizo un alegato en defensa del talento joven, la imaginación y la capacidad creativa de los nuevos vitivinicultores, y también de la necesidad de defender e impulsar la recuperación de la actividad productiva en el entorno rural. «Este premio —dijo— es un gran estímulo por mi dedicación y el trabajo y la pasión que siento por la viña vieja y el vino. Pero que me gustaría hacerlo extensivo a una generación de jóvenes inquietos llamados a elaborar el vino del futuro. Y es también, por supuesto, el reconocimiento a la zona de producción emergente que es la Denominación de Origen León y a dos variedades de uva, Albarín y Prieto Picudo, que no sólo son diferentes y diferenciadoras, sino que todavía están por dar lo mejor de sí».