La patata española quiere conquistar Europa en un momento con buenos precios
El negocio español de la patata está viviendo un despegue importante con buenos precios, concentraciones empresariales y una demanda creciente en Europa gracias a su calidad, que la convierte en la mejor materia prima para su versión frita, bien como guarnición o para el formato de aperitivo en bolsa.
Ahora hay patata francesa fresca en los supermercados del país, pero también referencias españolas que además han ampliado su oferta con formatos para microondas, cocidas o congeladas, tal y como demanda el consumidor, ha explicado la presidenta de la Interprofesional de la Patata de Castilla y León, Yolanda Medina.
El responsable nacional de patata de la asociación Coag, Alberto Duque, ha confirmado un cambio de tendencia, ya que España sigue recibiendo patata francesa pero lleva dos campañas exportando a Francia por el interés de firmas dedicadas a la fabricación de patatas fritas de aperitivo en bolsa, «por la calidad» del producto español.
Los precios en la campaña 2022 han sido rentables para el agricultor —entre 38 y 40 céntimos el kilo— pese a la subida de costes.
El dinamismo de este sector ha tenido esta semana como protagonista la compra de la firma Transformados de Patata de Álava (Natuber) —líder en el mercado de cuarta gama para el canal de hostelería y restauración— por la leonesa Patatas Hijolusa.
Hijolusa comercializó el pasado ejercicio 163 millones de kilos de patatas, lo que se tradujo en una facturación de 90 millones, un 30 % más que en 2021, y Natuber, que superó los diez millones de kilos de patata pelada y cortada, espera aumentar su volumen un 20 % este año, según la firma leonesa.
La vallisoletana Patatas Meléndez es otro de los grandes operadores nacionales con la comercialización de 180 millones de kilos anuales.