Arrancan las obras para modernizar la zona regable del Canal Alto de Villares
El proyecto beneficiará a 2.251 hectáreas que verán incrementada su producción un 20%
Los agricultores de los municipios de Villares de Órbigo, Villarejo de Órbigo, San Cristóbal de la Polantera, Santa María de la Isla y Soto de la Vega están de enhorabuena. Después de casi 15 años de reivindicaciones, de espera y de trámites interminables , el pasado jueves comenzaron las primeras máquinas a trabajar a la altura de Huerga de Garaballes en lo que será la modernización de la zona del Canal Alto de Villares.
Las obras, que afectarán a 2.252 hectáreas y que beneficiarán curiosamente al mismo número de propietarios, comenzaron en la cola del canal, ya que «como se hace en este tipo intervenciones, se empieza desde la parte más abajo a lo alto de la zona regable, aunque se trabaja en paralelo», explica César Pan, presidente de la Junta de Gobierno del Canal Alto de Villares. Nadie como él, y sus juntas de gobierno, saben lo «difícil» que ha sido sacar adelante este proyecto, cuyo inicio de la obra se firmó el 1 de febrero en Villagarcía de la Vega, entre la Comunidad de Regantes del Canal Alto de Villares y la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa), que ha encargado las obras, que cuentan con un presupuesto de 20,2 millones de euros , a la empresa de Transformación Agraria (Tragsa).
Por delante hay doce meses de trabajo, para empezar a regar ya en abril de 2024, en lo que será «un antes y un después» en esta próspera zona agraria de la provincia, dedicada una parte de su tierra a cultivos hortícolas.
Nuevos mercados
Ya hay conversaciones con la industria envasadora para producir más variedades hortícolas de esta zona
Se prevé que después de las obras aumente la producción cerca de un 20%, lo que abre nuevas puertas a la comercialización de estos productos en otros mercados. «Ya estamos en conversaciones con industrias para intentar aumentar las producciones y a su vez generar más puestos de trabajo, ahora, la última palabra la tienen los agricultores», explica César Pan, que lo que tiene muy claro es que con estas obras, además de incrementar la producción, se conseguirá algo más importante todavía, «hacer crecer los cultivos y seguir avanzado en nuestros campos de ensayo de la mano del Itacyl», asegura.
Estas vegas tienen un suelo idóneo para desarrolla e implantar cualquier cultivo por delicado que sea. «Somos una zona donde hay un alto número de agricultores lo cual quiere decir que nos corresponden menos hectáreas que en otras zonas, y por lo tanto los cultivos de cereal no son tan rentables», explica Pan.
De todos modos, hay muchas esperanzas puestas en los cultivos experimentales apadrinados por el Itacyl en la zona, que se espera den sus «primeros frutos» este mismo año, «para seguir avanzando en el conocimiento de nuestras propias tierras», que requieren de un regadío a la demanda, ya que «no necesitan mucha agua pero sí muy a menudo».
Para César Pan proyectos como el que ya está en marcha en su zona es «vivir o morir», ya que «la agricultura si no está modernizada no es agricultura, y es de las pocas oportunidades que tenemos para afianzar a los jóvenes al campo, ya no tanto para atraer gente al campo, pero sí para evitar que se vaya la que ya tenemos».
El objetivo de la actuación es la sustitución del riego por gravedad por un sistema de riego presurizado con telecontrol.
Estas obras se enmarcan en el convenio suscrito entre el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa) y Seiasa en relación con las obras de modernización y consolidación de regadíos declaradas de interés general, suscrito el 25 de junio de 2021 y posterior adenda, de 28 de julio de 2022.