Diario de León

El presidente de la sala duda de la legalidad de las escuchas telefónicas

Encarga a las partes que justifiquen en sus conclusiones si se pueden usar para dictar sentencia

El principal acusado, durante la celebración del juicio en la Audiencia de León. FERNANDO OTERO

El principal acusado, durante la celebración del juicio en la Audiencia de León. FERNANDO OTERO

León

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El presidente de la sala de la Audiencia de León que instruye el juicio por el incendio que en 2017 calcinó cerca de diez mil hectáreas en La Cabrera, puso ayer en duda la legalidad de las escuchas telefónicas encargadas por la Guardia Civil a varios vecinos de Losadilla, con el fin de averiguar si estaba tratando o no ce encubrir al principal sospecho en este caso.Así se lo hizo saber a las partes al finalizar ayer la segunda jornada del juicio a las que les ha encargado que en su escrito de conclusiones añadan un informe que justifique estas escuches y dirima si es legal su utilización a la hora de dictar la sentencia.

Ante las numerosas contradicciones en las que estaban cayendo el círculo de vecinos más próximo al principal acusado por el incendio, Jaime V.C. que se enfrenta a una petición de cárcel de 5 años y seis meses, y ante la sospecha de que estaban coordinando sus declaraciones, el Seprona de la Guardia Civil solicitó la intervención telefónica de varios de ellos. En las escuchas se llegó a conclusión de que muchos de ellos habían mentido en su primera declaración ante la Guardia Civil, ya que ocultaron el hecho de que en el día del incendio vieron al acusado bajar de la zona del incendio, cuando se produjo.

El juicio estuvo ayer a punto de suspenderse por la petición tanto del letrado que representa a la Junta de Castilla y León como por la abogada de las Juntas Vecinales, de solicitar llamar de nuevo a un testigo, ya que en la declaración posterior de un matrimonio que acudió a dar cuenta de los daños que el fuego habían causado a sus colmenas, fue acusado de estar, junto a su mujer y otra persona que no pudo ser identificada en ese momento, pero cuya descripción coincide con la del acusado, en el lugar del incendio justo después de que se produjera, en posesión de una escopeta y de dos perros de caza. Este matrimonio, que declaró por separado, aseguró haber visto a estas tres personas desde la terraza de su casa en Forna, desde donde se ve perfectamente el lugar donde se originó el incendio. Alertados por una primera columna de humo, cogieron unos prismáticos para ver de qué se trataba, cuando vieron a estas tres personas por los alrededores, unos hechos de los que nadie tenía conocimiento, y de los que la mujer dijo que en su día no comentó a la Guardia Civil, por que nadie le repreguntó.Tras esta sorprendente declaración, que daría un vuelco al caso, ya que implicaría a otras dos personas más en los hechos, el presidente de la sala decidió no atender a la petición de los letrados y seguir con el juicio, postura a la que se sumó el ministerio fiscal y el letrado de la acusación, porque en todo caso estas dos personas tendrían que haber denunciado esto que vieron ante la Guardia Civil después del incendio, del que ya han pasado seis años, y también por las muchas contradicciones en las que incurrieron en su declaración, en la que incluso se pusieron a discutir en la sala, motivo que propició la expulsión de la mujer, que mientras declaraba su marido estaba entre el público, contradiciendo y reprochándole algunos detalles en los que no coincidían.

A lo largo de la jornada de ayer han seguido declarando vecinos, como una prima del acusado, a la que se le preguntó porqué ocultó en su primera declaración a la Guardia Civil que había visto al sospechoso bajar del monte el día del incendio, tal y como luego se comprobó en las escuchas telefónicas. Esta mujer, que ahora tiene 88 años y que declaró por videoconferencia, aseguró no recordar ya nada de esas fechas.

También declaró su hijo, alcalde de Enciendo, y por entonces también presidente de la Junta Vecinal de Losadilla, José Manuel Moro, a quien se preguntó también por una conversación telefónica grabada en la que discutía con su madre para que dijera la verdad a la Guardia Civil con lo que había visto ese día. Moro explicó en la sala que él desconocía la verdad y que lo único que hacía era intentar convencer a su madre para que si sabía algo lo contara. «Se comentaba que se había visto a Jaime V.C esa tarde y que podía haber sido él pero eran habladurías», explicó.

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