Era tres veces superior a la exigida legalmente y se paraba por seguridad
La colocación de los electroventiladores y el hecho de que pararan cuando se elevaba el nivel de grisú ha centrado buena parte de las preguntas. Todos los técnicos han insistido en que los aparatos estaban colocados según planes de labores que se aprobaban anualmente por la autoridad minera, y que la ventilación que llegaba a los talleres era tres veces superior a la exigida legalmente. Las paradas de la ventilación fueron causadas por problemas mecánicos, y en todo caso se paraba cuando subía el grisú para evitar explosiones si saltaba una chispa, como recoge la legislación minera.